TUXTLA GUTIERREZ, México (AFP) –
El secuestro se ha convertido en una nueva pesadilla que se unió a la larga lista de penurias que miles de emigrantes de Centro y Sudamérica y de otras nacionalidades tienen que sortear cuando intentan atravesar México para llegar a Estados Unidos.

“Siempre ha habido secuestros de migrantes, pero desde hace dos años a la fecha, han aumentado. Los secuestros ahora se realizan de forma masiva, es algo que se ha vuelto cotidiano. Es muy preocupante lo que está pasando”, dijo a la AFP el sacerdote Heyman Vázquez Medina, director de una Casa del Migrante en la localidad de Arriaga, en el estado de Chiapas, fronterizo con Guatemala y vía de tránsito de los inmigrantes .

Ante los crecientes casos de secuestros masivos de inmigrantes , la Procuraduría de Justicia de Chiapas inició operativos encubiertos con personal especializado, en lugares de mayor dinámica migratoria, como las vías del tren en la región de la costa del Pacífico.

“El personal encubierto, que incluye agentes del ministerio público, ha sostenido tres enfrentamientos con grupos de delincuentes en las vías del tren. Se han obtenido resultados, al detener a los delincuentes”, dijo a la AFP un funcionario de la Fiscalía Especializada en Delitos Cometidos contra Migrantes.

Debido a la preocupante situación de los inmigrantes que atraviesan territorio mexicano, 10 albergues y “casas del migrante” del país, entre ellos, “El Hogar de la Misericordia”, que dirige Vázquez, conformaron una Red de Registro Nacional de Agresiones a Migrantes.

La red establece mecanismos de colaboración con la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) con el propósito de recabar información de la agresiones y secuestros a inmigrantes y la extrema crueldad con que son tratados.

“El último caso les sucedió (el 3 de julio pasado) a tres nicaragüenses: los secuestraron antes de llegar a Juchitán (estado de Oaxaca). Sólo uno de ellos fue liberado porque su familia pagó, y lo dejaron ir, de los demás no se sabe”, explica el sacerdote.

El párroco ha establecido diversas medidas de control en el “Hogar de la Misericordia”, ubicado en la localidad de Arriaga (cerca de la costa del Pacífico), como tomarle fotografías a los inmigrantes que llegan, “así como les pedimos sus datos generales, en caso de que sus familiares los busquen”.

El albergue también extiende una tarjeta de registro a los centroamericanos como control interno, “porque nunca se sabe lo que les pasa en el camino”, señaló.

“En Palenque (zona arqueológica maya), teníamos dos días de haber abierto las oficinas de atención al migrante, cuando tuvimos la denuncia del secuestro masivo por parte de sicarios de los Zetas de 51 centroamericanos en la comunidad de Chacamax. La mayoría fueron rescatados, pero desgraciadamente un migrante había sido ejecutado en el rancho”, dijo la fiscalía.

Los Zetas, brazo armado del cártel del Golfo que se formó en los año 90 con militares desertores, actúan con gran ferocidad y en los últimos años han añadido a sus actividades delictivas los secuestros y las extorsiones, además del narcotráfico.

De acuerdo a un informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en seis meses alrededor de 10 mil inmigrantes fueron secuestrados en México por células de Zetas o pandillas, a los cuales se les cobró en promedio 2.500 dólares dejando una ganancia a los delincuentes de cerca de 25 millones de dólares.

El estado de Chiapas es un lugar de paso para miles de emigrantes, sobre todo del centro y sur de América que a diario cruzan México para llegar a Estados Unidos.

En 2008 fueron detenidos en Chiapas 40.050 indocumentados procedentes de 48 países de Centro y Sudamérica, Asia y África, según el Instituto Nacional de Migración.