ROMA (EFE).— Aviones de la misión Frontex, en Malta, avistaron ocho cadáveres que podrían pertenecer al grupo de 73 inmigrantes que, supuestamente, murieron mientras intentaban alcanzar costas europeas en una barca con la que sólo consiguieron llegar a tierra cinco.

Los supervivientes, rescatados el jueves por la Guardia de Finanzas de Italia, a 12 millas al sur de la isla de Lampedusa, afirmaron que 73 compañeros de travesía habían muerto en el Mediterráneo, y que sus cadáveres habrían sido lanzados al mar.

El caso ya está en la Fiscalía de Agrigento (Sicilia) y los jueces investigan qué ocurrió en la barca de 12 metros, quién la guiaba y si en ella viajaban realmente 78 eritreos, entre los que presuntamente había varias mujeres.

La investigación también tendrá en cuenta si la narración de los africanos sobre que una patrullera maltesa les suministró carburante y les indicó el rumbo hacia las costas sicilianas es cierta, informaron medios italianos.

Violación a derechos humanos

El prefecto de Agrigento, de la que depende Lampedusa, envió un comunicado al ministro del Interior, Roberto Maroni, en el que explica que los eritreos llegados a tierra manifestaron que fueron avistados por una decena de embarcaciones que no se pararon para socorrerlos, lo que supondría una clara violación a los derechos humanos.

Este viernes, medios de comunicación de Italia abrieron con la noticia de la posible muerte de 73 indocumentados, en un momento en el que las leyes sobre inmigración ilegal se han endurecido en el país, llegando a convertirla en delito desde que entrara en vigor una nueva normativa el pasado 8 de agosto.

La prensa recogió testimonios de los cinco supervivientes, todos de nacionalidad eritrea, quienes dijeron que habían partido de costas de Libia hace 23 días.

Barcos no ofrecieron ayuda

Según testimonios, la primera en morir fue una chica de 20 años, en una barca que partió con dirección a Italia y que era pilotada por un hombre inexperto que se salió de la ruta el primer día.

En la segunda jornada de travesía, la bebida, la comida y la gasolina se habían terminado. Los barcos que se veían, dicen supervivientes, no los socorrieron.

“Esperábamos que alguno nos tendiera una cuerda, una escalera… pero nos dieron sólo pan, algo de comer y algunas botellas de agua”, comenta Habeton.

Dos de los cinco inmigrantes que fueron rescatados por las autoridades italianas, un hombre y una mujer, llegaron en graves condiciones de salud a Lampedusa, prácticamente “reducidos a esqueletos”.

La presencia de la barca en el Mediterráneo fue advertida por las autoridades maltesas, que avisaron a las italianas para que socorrieran a los inmigrantes en una jornada, la del jueves, en la que también fueron interceptados otros 50 indocumentados que al igual que los náufragos buscaban llegar a Italia.

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