Los supervivientes de la patera de Lampedusa dicen que nadie les socorrió

El Mundo, IRENE SAVIO. ESPECIAL PARA EL MUNDO, 22-08-2009

Italia abre una investigación para saber cómo pudieron morir 73 de los 78 inmigrantes Roma


Las autoridades italianas han abierto una investigación para esclarecer los motivos por los que sólo cinco inmigrantes llegaron con vida a la costa de Lampedusa de los 78 que viajaban en una patera. Los supervivientes denunciaron ayer que nadie les ofreció socorro. «Durante la travesía, vimos al menos 10 embarcaciones, pero nadie nos ayudó. Sólo hace unos días un pescador nos dio agua y comida», dijo Habeton, eritreo de 17 años, y cuyo testimonio fue confirmado ayer por otros tres de sus compañeros llegados vivos a Italia.


El quinto inmigrante no pudo ser interrogado porque se encuentra en graves condiciones de salud, con el cuerpo reducido a los huesos y deshidratado.


El Ministerio italiano del Interior ya ha solicitado a las autoridades policiales de la localidad siciliana de Agrigento, de la que depende Lampedusa, que remitan todos los datos de los que dispongan para gestionar lo que ya se intuye como una auténtica tragedia en el mar. Según informa el diario Times of Malta, un portavoz de las fuerzas armadas maltesas dijo ayer que un helicóptero de la Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras Exteriores (Frontex) había avistado al menos siete cadáveres que flotan en el mar desde el pasado martes.


Se sospecha que las autoridades de Malta no emplearon todos sus esfuerzos para impedir que se produjeran las muertes. De hecho, la presencia de la barcaza en el mar fue percibida por las autoridades maltesas, que avisaron a las italianas para que ayudaran a los clandestinos.


«Nadie nos avisó ni los vimos», dijeron ayer en su defensa y casi al unísono las autoridades portuarias de Agrigento y el Ministerio de Interior de Italia, quienes subrayaron que desde el 1 de junio al 20 de agosto se han realizado 13 operaciones de rescate en las islas de Sicilia y Cerdeña, y que involucraron a 420 inmigrantes ilegales.


Pero, según confirmaron a Efe fuentes policiales, por el momento no existe «ninguna certeza» sobre lo sucedido, después de que los cinco supervivientes que fueron rescatados por la Guardia de Finanzas a 12 millas al sur de Lampedusa afirmaran que 73 compañeros de travesía habían muerto y que sus cadáveres habían sido lanzados al mar. «Empezamos a 28 de julio de Trípoli. Éramos 78, en su mayoría eritreos, y sólo una pequeña parte de Etiopía. Después de una semana, se terminó la comida, el agua y la gasolina. El bote fue a la deriva, empujado por el viento y las corrientes. Las personas que murieron fueron arrojados al mar», relataron los eritreos a uno de los mediadores de la ONG Save The Children, según publicaba ayer el Corriere della Sera.


La prensa italiana recogía ayer los testimonios de los supervivientes, todos eritreos. Según contaron, la primera en morir fue una chica de 20 años en la barca pilotada por un hombre inexperto que se salió de la ruta ya el primer día. En la segunda jornada de travesía, la bebida y la comida se habían terminado, así como la gasolina, y los barcos que se veían, grandes y pequeños, dicen los supervivientes, no se ofrecieron para rescatarlos.


«Esperábamos que alguno nos tendiera una cuerda, una escalera… pero nos dieron sólo pan, algo de comer y algunas botellas de agua», denunciaba ayer Habeton.


«Unas muertes absurdas», «una grave ofensa a la humanidad» y «la prueba de la decadencia del hombre» occidental. Con estas palabras, monseñor Bruno Schettino, presidente de la Comisión Episcopal para los Migrantes de Italia, denunciaba lo sucedido en Lampedusa.


La tragedia sucedió en un momento en el que Italia ha endurecido las normas contra los clandestinos. Además, acaba de entrar en vigor un tratado entre Italia y Libia según el cual las autoridades italianas pueden devolver a Libia a los inmigrantes que encuentre en alta mar sin verificar si son refugiados políticos, según denuncia la ONU.

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