Barcelona – En septiembre de 2006, después de un largo proceso, comenzaba la andadura de los Latin Kings como asociación cultural. Concretamente, pasaron a llamarse Organización Cultural de Reyes y Reinas Latinos de Cataluña en un intento de integrar a todos estos jóvenes de origen latino en la vida catalana. El proceso de reconversión de los Latin Kings, sin embargo, arrancó un año antes. El Ayuntamiento de Barcelona quería evitar que los jóvenes inmigrantes delinquiesen y contactó con Latin Kings y Ñetas. El Consistorio encargó un informe al antropólogo de la Universidad de Lleida, Carles Feixa, experto en movimientos juveniles, que concluyó que de los 50.000 jóvenes latinos que vivían en Barcelona, entre 1.000 y 2.500 tenían contacto o pertenecían a una banda urbana. Además, contó con la ayuda del sacerdote anglicano Luis Barrios, quien ha mediado en los intentos de pacificación de bandas que se han dado en el mundo en las últimas dos décadas. También en el de Cataluña. Barrios, además,   imparte clases en la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY). Ese mismo año, se celebró una reunión de unos 350 jóvenes latinos, a la que también acudieron Feixa y representantes institucionales; y poco a poco se fue allanando el camino. Aun así, si bien es cierto que han disminuido el número de incidentes, la violencia juvenil asociada a bandas latinas no se ha conseguido erradicar del todo. Aun así, Barrios aseguró que «el experimento de Cataluña es pionero en todo el mundo».