Bilbao. Las crisis golpean con mayor virulencia a los más desfavorecidos y los inmigrantes son uno de los eslabones más débiles del entramado social y económico de las sociedades occidentales. Las remesas que envían los trabajadores extranjeros a sus familias son un buen termómetro y los datos registrados en 2008 ponen en evidencia la mala situación que atraviesan. Tras una década de constante crecimiento, las remesas de países como Ecuador, Colombia o República Dominicana empezaron a desacelerarse en 2008, según el Banco Interamericano de Desarrollo, a medida que países como EE.UU., España y Japón, entraban en recesión. La tendencia seguirá los próximos meses.

En el Estado español los más afectados por el bajón del año pasado han sido ecuatorianos ( – 18,1%) y rumanos ( – 13,9%), entre los colectivos con mayor presencia. Los ciudadanos de República Dominicana, sin tanta representación, enviaron a sus países de origen un 16% menos de dinero que en 2007.

El envío de dinero a familiares en el país de origen depende, en gran medida, de la renta disponible y ésta se reduce cuando el trabajador está en paro, se recorta su sueldo o, si es autónomo, tiene menos ingresos. La suma de las remesas de los principales países (8.444 millones de euros) revela una caída global superior al 7% respecto a 2007. Países como Perú (9,7%) y Pakistán (31,5%) mantuvieron vivo el índice. Los envíos empezaron a mostrar el impacto de la crisis sobre las ganancias de los trabajadores a finales de 2008. En el primer trimestre las remesas han experimentado otra caída ( – 17%).

Estos datos se desprenden del estudio realizado por el centro de investigación remesas.org, basado en las cifras ofrecidas por el Banco de España para el mismo periodo. El informe señala que Colombia continúa encabezando la lista de destinos del dinero enviado por los inmigrantes desde España a sus países de origen, con un 18% del total. El volumen de envíos se ha reducido en cualquier caso en casi nueve puntos.