Washington. América Latina y el Caribe recibirán este año casi US$62 mil millones en remesas de sus emigrantes, un descenso de 11 por ciento con respecto del 2008, informó ayer el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

La estimación, calculada por el Fondo Multilateral de Inversión (Fomin) del BID, implica una bajada de los flujos de ingresos similar a la que se produjo en el 2006, como consecuencia del impacto de la crisis económica global en los países industrializados que acogen más emigrantes de la región, como EE. UU., España y Japón.

El presidente del BID, Luis Alberto Moreno, señaló que la crisis está “limitando claramente la capacidad de los inmigrantes de mandar dinero a casa”.

Sin embargo, destacó Moreno, este rubro ha disminuido menos que otros flujos financieros privados que llegan a la región, debido “a los sacrificios que los emigrantes continúan haciendo para mantener a sus familias”.

El Fomin advirtió de que el descenso de las remesas podría afectar a más de cuatro millones de personas en toda la región, y que casi una tercera parte se concentraría en México, el país que más recibe del continente.

La institución espera que las remesas provenientes de Estados Unidos, donde los niveles de desempleo entre latinoamericanos son mayores que los de la población general, bajarán 11 por ciento este año, hasta los US$43 mil 200 millones.

Las que proceden de Europa descenderán aún más, 14 por ciento, y se situarán en US$9 mil millones; mientras que las que se envían desde otras partes del mundo caerán 4.5 por ciento y se quedarán en US$10 mil 400 millones.

Estos cálculos se toman de las conclusiones de un informe elaborado por expertos de remesas del Fomin en colaboración con la organización para el Diálogo Interamericano, y se basan en datos de una encuesta que el Fomin realizó de marzo a junio a mil 350 emigrantes de la región.

Los resultados de esta encuesta en Estados Unidos mostraron que los inmigrantes envían dinero con menos frecuencia y en cantidades menores que en el 2008.

El Fomin estima que la media de transferencias que los inmigrantes mandan al año bajará de 15 a 12 por ciento en el 2009, y la cantidad por cada una también caerá, de US$241 a US$230.

Aun así, los datos revelan que incluso los emigrantes que han perdido su empleo aún mandan sus ahorros a casa, aunque 45 por ciento de los encuestados admitió reducir las cantidades.

Además, 34 por ciento aseguró que espera volver a sus países de origen en un futuro próximo, 14 por ciento más que los que afirmaron lo mismo en el 2008.

El informe también alertó de que los costes de las transferencias, que habían caído drásticamente en los últimos años, han dejado de bajar y en algunos casos empiezan a subir.

La directora del Fomin, Julie T. Katzman, instó a los organismos económicos a desarrollar “iniciativas que garanticen que el coste de enviar remesas siga siendo bajo”, para “no privar a los inmigrantes y sus familias del dinero que tanto les ha costado ganar”.

Los resultados del informe coinciden, según el MIF, con su análisis de los recibos de remesas de los bancos centrales, que indican que los envíos bajaron 15 por ciento en el segundo trimestre del 2009 con respecto al mismo período del 2008.

México y los países del Caribe fueron los más afectados por el descenso de las transferencias, que en Centroamérica y Sudamérica fue mucho más leve en relación a los meses anteriores.

EFE