Los números cantan. La crisis económica arrecia y golpea con dureza a la clase media española. En algunos casos, las consecuencias son extremas, hasta el punto de no tener ni siquiera nada que llevarse a la boca. Ante esa situación son cada día más la personas que se ven obligadas a acudir a los comedores sociales para poder sobrevivir.

En Valencia, Casa Caridad ha advertido sobre el alarmante aumento de personas que acuden en busca de alimento, así como del cambio en el perfil de las personas necesitadas, que ya no sólo incluye a los «sin techo», sino también a parados, pensionistas o familias enteras sin recursos.

Sólo durante los seis primeros meses de 2009, el número de raciones de alimento repartidas en el servicio de comedor de mediodía superó con creces al de las raciones repartidas durante todo 2008. Es decir, sólo hasta junio, se han repartido 67.645 comidas, 39.527 más que en todo el año pasado, lo que representa un notable incremento del 140%. Según la entidad, estas cifras confirman la tendencia alcista detectada como consecuencia de la crisis.

De la media de 162 raciones repartidas al día se ha pasado a más de 370, pero la institución alerta que se prevé un aumento todavía mayor de las necesidades sociales a partir de septiembre. «Estamos preparados para atender hasta 600 personas al día», afirma Antonio Casanova, presidente de Casa Caridad Valencia.

Además, Casanova alerta sobre el hecho de que este año se ha roto con la tendencia habitual de los meses de verano, momento en el que suelen disminuir sensiblemente las atenciones a personas necesitadas por el descenso estacional del paro, la mayor movilidad estival o las campañas agrícolas que emplean a un número importante de inmigrantes .

De forma paralela, Casa Caridad destaca que la sociedad valenciana «se ha volcado» con su labor, ya que el número de socios ha aumentado en 239 nuevas incorporaciones de enero a junio, lo que representa un incremento en suscripciones del 11%.