El delegado de Gobierno en Melilla, Gregorio Escobar, informó ayer de que los intentos de entrada de inmigrantes a la ciudad autónoma de forma irregular, especialmente en dobles fondos de vehículos a través de los pasos fronterizos que separan la ciudad de Marruecos, han disminuido «mucho» en los últimos meses, un hecho que ha provocado que la ocupación del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes haya pasado de 600 a 400 personas.

En declaraciones a la prensa Escobar subrayó el trabajo que desarrollan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la lucha contra las mafias de la inmigración. Como ejemplo, el delegado destacó el éxito obtenido hace unos meses con la llamada ‘Operación Gaviota’, en la que se detuvo a más de una veintena de personas acusadas de tráfico ilegal de seres humanos.

En este sentido, el representante del Gobierno indicó que estas medidas, junto a otras mejoras realizadas en las fronteras de Beni Enzar y Farhana, han provocado que no se haya tenido constancia de nuevas entradas masivas desde las que se produjeron cuando más de medio centenar de inmigrantes aprovecharon los desperfectos que las lluvias torrenciales del pasado otoño produjeron en las compuertas del arroyo Mezquita, en el Río de Oro.

Escobar recalcó la importancia de que este descenso de la presión migratoria haya provocado que en el CETI haya entorno a 400 personas, dos centenares por debajo de su capacidad máxima y que, en los últimos años, se ha visto superada en numerosas ocasiones, con los problemas administrativos y humanitarios que esta masificación conlleva.

Retrasos en el barco

Por otro lado, y en plena Operación Paso del Estrecho, el delegado del Gobierno anunció que Capitanía Marítima estudiará los motivos de los retrasos de los barcos que enlazan Melilla con Málaga y Almería, especialmente en el servicio que ofrece el barco rápido Milenium II. Escobar avanzó que se va a realizar un estudio permanente del «por qué se producen esos incumplimientos en los horarios previstos, ya sea por cuestiones técnicas o meteorológicas».

Escobar aclaró que, en la actualidad, el transporte marítimo pasa por «una situación difícil» debido a que en Melilla sólo se cuenta con un muelle de atraque – situación que se mantendrá hasta que concluyan las obras en el Muelle Ribera II – , y que, por lo tanto, las labores de embarque y desembarque se están haciendo con unos límites de tiempo muy escasos porque es necesario que un barco salga para que atraque el siguiente.

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