Después de un año de protestas, los vecinos de Zorrozaurre ya no conviven con el asentamiento chabolista que eligió como domicilio el solar de la antigua fábrica de Artiach. La inmobiliaria Gordoniz, propietaria del terreno, obtuvo hace pocos días la orden judicial de desalojo y, el pasado miércoles, acudieron al 60 de Ribera de Deusto para zanjar el asunto. Lo cierto es que fue un mero trámite, ya que, cuando la comisión judicial llegó, no quedaba ni rastro de los moradores. Sabían desde hace un tiempo que la sentencia dictada por el juez no dejaba lugar a dudas, y quizá, hayan preferido ahorrarse el desalojo forzoso.

El caso es que tanto los vecinos como los propietarios del solar respiran un poco más tranquilos después de un año difícil. Y es que, desmantelar las cinco casetas y los dos contenedores que construyeron como hogar un buen grupo de inmigrantes magrebíes, ha sido una ardua tarea. La inmobiliaria propietaria del solar lo intentó con una denuncia penal en octubre del pasado año, pero fue sobreseída por el Juzgado de Instrucción número 8 de Bilbao. A su juicio, no se trataba de un allanamiento porque la ocupación se produjo en un terreno y no en una vivienda.

Así que la inmobiliaria tuvo que recurrir a la vía civil, «y eso requirió identificar a cada una de las personas que entraron de forma ilícita», explica el letrado de la empresa. La Policía Municipal se encargó de ello. Puso nombre, apellidos, cara y nacionalidad a los siete chabolistas. «Era importante actuar rápido, porque si hubieran venido más, hubiéramos tenido que realizar nuevas identificaciones y podríamos vernos inmersos en un proceso sin fin», detalla el abogado. No ocurrió así y, una vez dictada la sentencia, los ‘desahuciados’ se fueron «por propia iniciativa».

Tabla de salvación

Ahora, los propietarios quieren evitar que se repita la historia. «Tener el terreno como hasta ahora, un lugar de almacenaje de materiales de obra, puede incitar a que vuelva a meterse gente», explica un responsable de la inmobiliaria. Por ello, y sin obviar la rentabilidad que puedan sacar al solar, la empresa quiere darle alguna utilidad provisional. «No podemos establecer ninguna actividad económica a largo plazo porque el terreno está afectado por el Plan Especial de Zorrozaurre, pero mantenerlo como hasta ahora es una invitación a que se vuelva a meter gente, al margen de que además, nos roban y destrozan los materiales almacenados», insisten.

De momento, ya tiene una utilidad. Los feriantes que esta Aste Nagusia han tenido que buscarse el alojamiento por su cuenta, han encontrado en este solar de 8.000 metros cuadros su tabla de salvación. La dificultad de hallar un terreno libre en Bilbao con capacidad para un centenar de caravanas es evidente, así que, al descubrir este espacio, se afanaron en la negociación del precio. Cuando se marchen, el próximo 10 de septiembre, los responsables de la inmobiliaria planean «hacerle una propuesta al Ayuntamiento para establecer una actividad no industrial y que no genere molestias. Igual que ha sido del interés de estos feriantes puede serlo también para camioneros o cualquier otro profesional que necesite un aparcamiento», apuntan.