Fuentes del 112 afirman que la Benemérita y Sasemar buscaban dos pateras

La Guardia Civil intercepta a nueve inmigrantes cerca de Cabo de Palos

La Razón, 03-08-2009

Un ilegal encontrado por la Cruz Roja en Cala Reona fue quien apuntó que habían volcado las dos embarcaciones.

MURCIA – La Guardia Civil detuvo a nueve inmigrantes, varones, adultos, de nacionalidad argelina y que se encontraban en buen estado de salud. Según informó Efe, en el momento de ser localizados, durante la madrugada del viernes, los nueve individuos estaban tratando de alcanzar las costas murcianas en una patera.
Un pesquero almeriense comunicó a la Guardia Civil el avistamiento de una pequeña embarcación con varias personas a bordo a unas 24 millas al sureste de Cabo de Palos, en Cartagena, alrededor de las 22:00 horas del viernes, por lo que se puso en marcha un dispositivo de búsqueda para intentar encontrarlos.
En la operación participaron un helicóptero y una embarcación de rescate de la sociedad estatal de Salvamento y Seguridad Marítima de Cartagena y un barco del servicio marítimo de la Guardia Civil, que escoltó al de Sasemar, a bordo del cual fueron subidos los inmigrantes, hasta el puerto de la ciudad, al que arribaron alrededor de las tres de la madrugada.
Una vez en tierra, el personal de la Cruz Roja atendió a los recién llegados y trasladó a uno de ellos, quien se encontraba indispuesto por una infección, al hospital Santa María del Rosell, donde fue dado de alta poco después y puesto a disposición de la Policía Nacional junto con las otras ocho personas, a quienes ya se está instruyendo el expediente de devolución a su país.
Además, aunque, al cierre de esta edición, ni la Delegación del Gobierno ni la Guardia Civil lo habían confirmado, fuentes del Centro de Coordinación de Emergencias 112 señalaron que una patrullera de la Benemérita y un barco y un helicóptero de Sasemar estaban buscando por la tarde otras dos pateras que, supuestamente, habían volcado a unas cuatro millas de la costa cartagenera.
Según manifestaron estas fuentes, la búsqueda se puso en marcha después de que efectivos de la Cruz Roja encontraran a un inmigrante con dolores de estómago, al mediodía, en Cala Reona y lo llevaran al hospital Rosell.
Una vez allí, el indocumentado, de origen magrebí, le dijo al traductor que su embarcación había volcado a una milla de Cabo de Palos y que las dos personas que lo acompañaban iban andando por dicha localidad. Además, el inmigrante apuntó a sus traductores que había visto volcar otra patera en la que viajaban doce personas más.
La ausencia del SIVE
El buen tiempo y la ausencia del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) son dos factores que están contribuyendo a facilitar la llegada de inmigrantes a la Región. A pesar de que el delegado del Gobierno, Rafael González Tovar, prometió hace meses que el SIVE estaría listo en verano y que el pasado día 25 de julio repitió que el sistema comenzaría a funcionar «pronto», lo cierto es que desde el comienzo del mes de junio, con la llegada del buen tiempo y de la tranquilidad en la mar, la llegada de ilegales a las costas murcianas ha sido una constante.
Cabe recordar, por ejemplo, que, el pasado día 25 de junio, 15 inmigrantes llegaron a Portmán y otros doce lo hicieron el día 30. Un día después fueron interceptadas once personas más cerca de Cabo de Palos, con lo que el total de inmigrantes llegados a la Región era ya de 76 a principios del mes pasado. La cifra ha seguido aumentando y todo indica que así seguirá.


ARGELINOS SOBRE TODO
La nueva ola de inmigrantes que está llegando a la Región este verano tiene un nuevo estereotipo. Ya no se trata de decenas de marroquíes o subsaharianos pobres que se amontonan en embarcaciones cogidas con alfileres, como quien dice. Esas imágenes de montones de inmigrantes que llegan a las Canarias, hechos polvo la mayoría de veces, no es siempre la que se encuentra aquí. A la Región, por el contrario, la mayoría de los que están viniendo son argelinos, y lo hacen en barcos más modernos con los que pueden recorrer rápidamente la distancia entre la península y su tierra. A veces, en efecto, les bastan ocho o diez horas –un viaje de una noche– para arribar a las costas de la Región, que desde el mes de junio ha ido «recibiendo» con mayor frecuencia la entrada de inmigrantes. Y éstos llegan, por lo general, en mejor estado físico que los magrebíes y subsaharianos.

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