Lleida crea menos paro que el resto de Catalunya

El Periodico, 03-08-2009

Se podría decir que en Lleida las máquinas están atornilladas al suelo de las industrias y el comentario sería cierto en varios sentidos. Literalmente, en muchos casos; pero también figurado: la industria leridana está pegada al terreno en tanto que crece a partir de la agricultura y de los servicios. «No tenemos multinacionales, por lo que las empresas no se quieren ir a ninguna parte», reconoce el presidente de la Cámara de Comercio de Lleida, Joan Simó.
El resultado de esa situación es que la tasa de paro de la provincia era del 10,75% en el primer trimestre del 2009, según la última EPA, frente al 16,6% del conjunto de Catalunya. «Efectivamente ha aumentado el desempleo en el último año, pero la tasa real es, sin duda, menor que la oficial», comenta Jordi Pujol, consejero delegado de Prefabricats Pujol, una de las cinco primeras empresas de Lleida por facturación y empleados. «Aquí hay mucha gente que ayuda al negocio familiar o en la explotación ganadera, que no dedica el 100% de su tiempo, pero no sale en las estadísticas».
Insisten las empresas de Lleida en que se trata de un paro que «no se percibe por la calle», salvo por la situación puntual de la ola de inmigrantes sin papeles que cada año van a recoger fruta. Destacan en la Cámara que la vinculación del tejido productivo con el territorio crea un entorno más favorable para el empleo. Lleida no tiene industria con un tamaño excesivo, pero las grandes empresas están estrechamente vinculadas a la transformación agraria y a los servicios y la construcción.
La Corporación Alimentara Guissona es la primera compañía de la provincia. Ingresa por encima de los 1.000 millones de euros y emplea a más de 4.000 personas. Se trata de un modelo singular de negocio de comercialización de productos cárnicos sin parangón en España. El segundo grupo es Vall Companys, elaborador de piensos e integración de ganado. Aceites Borges (productores de frutos secos y aceites), Ros Roca (saneamientos) y Prefabricats Pujol (materiales para la construcción) figuran entre los primeros lugares de la lista de empresas leridanas.
Con un peso indiscutible en la creación de riqueza, estas cinco empresas no son las únicas que aportan al valor añadido industrial de la provincia. «Tenemos 27.000 industrias censadas en la Cámara», dice Simó. Pero también es verdad que una parte de la gran empresa «está al lado de la transformación agraria, que sigue teniendo un peso importante en el PIB», comenta Pujol. Luego, «hay un gran número de empresas de entre 10 y 50 trabajadores que no tienen nada que envidiar a la segunda corona de Barcelona».

COMPONENTE TECNOLÓGICO / Pero incluso entre estas –que pertenecen a todos los sectores productivos, particularmente a los servicios– se incluyen empresas con un componente tecnológico alto que también están vinculadas a la agricultura. Lleida Biotech es un proyecto para crear un cluster biotecnológico en el que participan una veintena de empresas para desarrollar biocarburantes y bioplásticos, entre otros productos. Varias son filiales de las grandes firmas mencionadas antes. Aunque la maquinaria que utilizan no necesita estar atornillada al suelo, desde luego, su esencia lo está. Ironiza Pujol con Lear, la única multinacional con presencia en Lleida. «Para mi sorpresa, no tenía las máquinas atornilladas al suelo». Ya no está.

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