En una imagen insólita en el puerto de Dénia, un pesquero de esta ciudad desembarcó en la tarde de ayer a ocho inmigrantes argelinos que tres horas antes había rescatado de una patera a la deriva, a 40 millas de la costa. Los inmigrantes, siete hombres, tres de ellos menores, y una mujer, estaban bien de salud, salvo quemaduras por el sol.

El rescate lo realizó la barca de arrastre La Sal y Surdo, sobre las dos de la tarde, a la altura de la costa de Calp. Los tripulantes del pesquero divisaron una lancha de poco más de dos metros de eslora y unos 35 caballos de potencia. “Vimos que nos hacían señales desesperadas al aire con camisetas y pañuelos”, contó el patrón del pesquero, José Miguel Bolufer.

“No dejaban de repetir que tenían mucha sed y se bebieron todas las reservas que teníamos a bordo”, narró Leopoldo Cervantes, otro marinero. Los argelinos contaron que llevaban seis días perdidos en alta mar. El patrón del pesquero se mostró convencido de que debió abandonarles una embarcación más grande, seguramente un buque nodriza. A la patera prácticamente no le quedaban reservas de gasolina.

Este rescate es el tercer desembarco de inmigrantes en la costa de Alicante en lo que va de verano.