Con abiertas insinuaciones de discriminación, vecinos del distrito sueco de Rinkeby – un barrio de inmigrantes situado en el oeste de Estocolmo – acusaron ayer a la Policía y a los bomberos de reaccionar con excesiva lentitud al incendio que, en la noche del sábado, causó la muerte de una madre y sus cinco hijas, que tenían entre uno y 16 años. «Oí una explosión y vi llamas», relató Lisa Martins, vecina del inmueble, al periódico Aftonbladet. «Lo primero que hice fue dar la alarma. Pero pasaron 15 minutos hasta que llegó alguien. Parece que, cuando les llamamos desde aquí, bomberos y policía no nos tomaron en serio. Nosotros también somos personas».

Jonas Fröjmark, jefe de los bomberos, rechazó las acusaciones: «Tardamos 10 minutos en llegar. Ése es siempre nuestro límite». Al cierre de esta edición se desconocía aún la causa del incendio, aunque la policía descartó que fuese provocado.

Rinkeby fue uno de los distritos incluidos en el denominado Programa del Millón que, entre 1965 y 1975, llevó a la construcción o mejora de cerca de un millón de viviendas. Hoy es uno de los barrios más deprimidos de Suecia y el 89% de sus habitantes es de origen extranjero. / P. POZA MAUPAIN