Artículo de Arturo San Agustín: ''Inhumano'
El Periodico, , 22-07-2009La señora Najat El Hachmi me acusó ayer de inhumanidad. Pues muy bien. Cada cual escribe en su columna lo que quiere y sabe. Y, en algunos casos, incluso lo que le conviene. Pero cuando se cita a alguien hay que citarlo bien, hay que decir exactamente lo que dijo o escribió, no lo que a uno le va bien para poder exponer sus argumentos.
Señora El Hachmi, yo no escribí que si los colegas hablaban del bebé Rayán, el que murió en el hospital madrileño Gregorio Marañón, era porque su familia era inmigrante. Lo que yo escribí, compruébelo, fue lo siguiente: «Si el bebé muerto no hubiese
sido hijo de inmigrantes los periodistas hablaríamos menos de él». Eso fue lo que yo escribí. Y, tristemente, ayer, una madre canaria pareció querer darme la razón.
En diciembre del 2000, su hijo, un bebé de 15 días, murió en un hospital tinerfeño por un error o negligencia, pero, que yo recuerde, ni la prensa nacional ni las televisiones se ocuparon de él. «No entiendo por qué la muerte de mi hijo no tuvo entonces repercusión». Eso dijo ayer la madre.
La muerte de una joven por la nueva gripe y días después la de su hijo es un suceso demasiado desdichado, demasiado triste para no ser noticia. De acuerdo, pero no todas las muertes de una madre y un bebé tienen la misma dimensión política y periodística. Algunas no tienen ninguna. Lo cierto, señora El Hachmi, es que aunque yo sea, según usted, inhumano, casi todos mis colegas no lo son. Nada debe, pues, usted temer de los periodistas.
Yo, cuando me enfrento a una columna, casi siempre sé lo que quiero decir. Y lo digo aunque personalmente no me convenga. Y lo que yo dije en mi columna, titulada Médicos, es una realidad demostrable: que la inmigración masiva ha alterado algunos puntos muy sensibles del sistema social que aquí disfrutamos todos. Todos. También los recién llegados. Por eso escribí que, si algunas muertes son imperdonables, también lo son algunas realidades. Y la realidad, señora El Hachmi, usted lo sabe muy bien, es mucho más tozuda que el márketing. Muchísimo más.
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