La tormenta
Diario Vasco, , 16-07-2009BUZÓN
Las tormentas de verano llegan inesperadamente y descargan con gran fuerza. En Iztieta hemos tenido nuestra particular tormenta este verano. El intento de violación de una mujer en el barrio por unos menores marroquíes ha desencadenado toda una serie de reacciones entorno a las cuales nos parece necesario una reflexión. Nosotras estamos en contra de cualquier agresión sexual a cualquier mujer. Hemos denunciado y denunciaremos las agresiones que sufrimos las mujeres y que llevan en casos, por desgracia demasiado frecuentes, hasta la muerte, como ocurrió recientemente con una vecina de Errenteria. Sabemos que estas agresiones son frecuentes en nuestra sociedad y también en nuestro pueblo. Según dicen las estadísticas se producen fundamentalmente en el entorno familiar y de personas conocidas. Pero también en el espacio público, en la calle, en las fiestas…
Nosotras siempre reivindicaremos el derecho de cualquier mujer, de aquí o de allí, a andar tranquila por la calle, sin miedos, sin temores a ser agredida por el hecho de ser mujer. Pero lo que no podemos admitir es que se culpe de delitos individuales a todo un colectivo, que se le acose… que se mezcle todo, concluyendo que el origen y la causa de todos los males es la presencia de inmigrantes magrebíes en el barrio. Con eso no podemos estar de acuerdo. Y no podemos permitir que se use como excusa la defensa de los derechos de las mujeres.
Las actuaciones que se han producido en Iztieta por parte de algunas personas, señalando determinados establecimientos y pidiendo la expulsión del barrio de algunos vecinos, pensamos que son comportamientos xenófobos. Es evidente que en el barrio de Iztieta hay problemas, problemas que quizás se han hecho más patentes en estos últimos días.
Problemas posiblemente agravados por la presencia de algunas personas, no vecinas del barrio y conflictivas, situación que al final se traduce en más miedo e inseguridad, especialmente para las mujeres. Es responsabilidad de las instituciones analizar y dar una solución a estos problemas, problemas sociales y de convivencia, pero que no pueden racializarse. Las tormentas de verano pasan y afortunadamente después viene la calma. Pero cuando descargan ponen en evidencia que las alcantarillas están atascadas y los desagües no funcionan.
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