El pueblo soninké, uno de los más castigados por la sequía en el África subsahariana, conserva un patrimonio visual que se ha mantenido intacto pese a la voracidad del mercado del arte. Los tradicionales murales geométricos de las mujeres soninké jamás han sido expuestos ni comercializados y son uno de los eslabones perdidos entre el arte que aquí se denomina primitivo y la creación más contemporánea. La Fundació Miró ha invitado a seis mujeres soninké del pueblo de Djajibine (Mauritania) a pintar uno de sus murales colectivos sobre las paredes blancas del museo en el marco de la exposición Murals, que a partir del próximo mes de febrero reunirá a varios artistas que trabajan sobre muros.
Martina Millà, responsable de la programación de la fundación, viajó hasta Djajibine, en el desierto del Sahel, para ser testigo del proceso de creación de los murales y convencer a seis mujeres para que salieran por primera vez de África y mostraran su obra en directo. «La suya es una aproximación al arte mural que no tiene nada que ver con el circuito comercial al que estamos acostumbrados», explica Millà, que no quería que Murals se limitara al trillado género del graffiti.
Con motivo de un nacimiento o una boda, las mujeres soninké se reúnen para pintar el interior de las casas y también las fachadas. Pintan directamente sobre las paredes de adobe con las manos, aplicando una pasta que es una mezcla de pigmentos para teñir telas, tierra y agua. Se trata de murales colectivos, en los que se deja fluir la imaginación sin necesidad de muchos preparativos.
Creación en directo
Las seis mujeres de Djajibine permanecerán dos semanas en Barcelona, durante las que trabajarán sobre las paredes de la Fundació Miró junto al resto de artistas que participan en Murals, entre ellos el tailandés Skarin Krue – On, el mexicano Jerónimo Hagerman y los españoles Eltono y Nuria Mora. El proceso de trabajo se grabará en un documental que se proyectará al público, que solo podrá acceder a las obras una vez terminadas.
Murals forma parte de las actividades de la temporada 2009 – 2010 de la fundación, que ayer presentó su directora, Rosa Maria Malet. La programación se estrenará el 28 de noviembre con la primera antológica que se le dedica en España a Frantisek Kupka (República Checa, 1871 – Francia, 1957), pionero del arte abstracto. La temporada se cerrará en junio con una exposición de la obra audiovisual de Pipilotti Rist (Suiza, 1962), ganadora del Premi Joan Miró 2009.
Durante la presentación, Malet aseguró que la misión de la Fundació Miró es «ofrecer una programación amena sin bajar el listón del contenido, a pesar de que no nos dirigimos a público especialista». Los próximos meses, algunas salas permanecerán cerradas a causa de los trabajos de remodelación del espacio de la colección permanente.