La Federación de Servicios Públicos (FSP) de UGT en la Región de Murcia reclamó ayer a la Comunidad Autónoma la construcción de un nuevo módulo de primera acogida para menores, ante el hacinamiento que existe en las instalaciones del complejo Santo de Ángel, donde los trabajadores han sufrido agresiones y soportan un alto nivel de estrés y cansancio debido al déficit de personal.

El secretario del sector Comunidad Autónoma de la FSP – UGT, Juan Llor, explicó que el centro de atención de menores Santo Ángel, dependiente de la Dirección General de Familia y Menor, atiende a menores tutelados de entre 6 y 18 años procedentes, generalmente, de familias desestructuradas, con problemas de conducta y, en general, de carácter violento. La situación «más problemática y conflictiva», según Llor, se produce en el módulo de primera acogida, debido a que hay 20 menores, cuando la capacidad es de 12 plazas.

El módulo está atendido por 16 trabajadores, pero uno se encuentra de baja y hay dos vacantes sin cubrir, por lo que estos empleados «se enfrentan a diario a una fuerte carga de trabajo física y psíquica, ya que tienen que alargar las jornadas para poder hacer frente a la falta de personal», apuntó Llor.

A su vez, relató que los empleados han sufrido agresiones, principalmente al intentar mediar entre conflictos entre los residentes, ya que conviven menores en situación de desamparo con otros que, tras cumplir una medida de reforma por haber delinquido, pasan la libertad vigilada en este módulo.

Enfermos mentales

«Se han dado casos en los que se ha avisado a la Guardia Civil y el trabajador ha puesto la denuncia a título particular», señaló Llor, quien también apuntó que en el módulo ingresan frecuentemente menores con enfermedades mentales sin diagnosticar, lo que viene a incrementar los problemas de convivencia, al igual que la falta de conocimiento del idioma, pues muchos de los usuarios son inmigrantes.

Por ello, pidió a la Consejería la construcción de «un módulo de acogida en primera instancia más grande, con mayor capacidad de usuarios, más infraestructuras y, por tanto, más personal para poder atender las necesidades de los residentes en este módulo» .

La directora general de Familia y Menor, Laura Muñoz, indicó que «la llegada de pateras con inmigrantes a las costas murcianas ha hecho que el número de menores atendidos en el Módulo de Primera Acogida aumente de forma vertiginosa y, a modo de ejemplo, se puede señalar que se ha pasado de tener 14 menores a superar la veintena en un día».

Muñoz explicó que «una vez que son ingresados en este módulo, que es donde se presta la primera asistencia, la Dirección General trabaja en la ubicación de esos menores en diferentes centros de protección». Sin embargo, matizó que «las comunidades autónomas ya hemos expresado al Gobierno de la Nación la necesidad de que se destinen los fondos necesarios para la atención de los menores irregulares que llegan a las costas de todo el país, porque ésta no puede ser una competencia exclusiva de las comunidades».

Respecto a las agresiones sufridas por los trabajadores del centro, Muñoz subrayó que «se han producido situaciones muy puntuales que han sido resueltas de forma inmediata y aplicando el protocolo existente para estos casos».