Ayer se produjo un nuevo episodio en el drama de la panificadora de Gandía en la que un trabajador boliviano sin papeles perdió un brazo que sus jefes arrojaron a la basura.

El juez que lleva la causa ha imputado en el caso a la hermana y al padre de los hermanos Rovira – Juan Javier y Raúl – , conocidos como los veneno, máximos responsables de la empresa donde ocurrieron los hechos en la madrugada del 28 de mayo.

Lo hizo tras la declaración del principal afectado, Franns Rilles, que ratificó ante el juez su versión de los hechos.

El joven, en una declaración que duró dos horas, sostuvo que sus jefes lo abandonaron en una esquina próxima al hospital después del accidente.

Rilles, que reclamará por responsabilidad civil y penal, señaló que tras el incidente recibió presiones de los veneno, quienes le indicaron que no dijera que trabajaba en esa panificadora ni que les conocía.

El próximo capítulo será la declaración de los dos familiares ante el juez, prevista para este mes, aunque previamente se citará a varios testigos en la causa, entre ellos, compañeros del joven inmigrante que trabajaban en la fábrica de pan. /