El presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla, Juan José Imbroda, advirtió ayer de que «hay que tener cuidado» con el reagrupamiento familiar en el proyecto de reforma de la Ley de Extranjería, porque «nos podemos llenar».

Imbroda hizo estas declaraciones a los periodistas, recogidas por EFE, antes de participar en el seminario ‘Los retos sociales de la integración de los inmigrantes ’, celebrado en el marco de los Cursos de Verano de la Universidad Rey Juan Carlos, en la localidad madrileña de Aranjuez.

«Ahora son los abuelos o los padres y podemos montar una historia negativa», añadió Imbroda, quien aseguró además que las avalanchas de primeros de 2009 se han detenido por la colaboración de Marruecos y «porque la frontera se ha hecho impermeable».

A su juicio, la crisis económica está provocando que aumente el número de subsaharianos en la ciudad de la que es presidente, porque «mucho marroquí y magrebí que estaba trabajando en Europa o en la península están volviendo a Melilla».

Este regreso, según Imbroda, es bueno porque es «gente emprendedora que lucha y trabaja», pero habrá que prepararse si llegan «en grandes cantidades y en poco tiempo».

En este sentido, Juan José Imbroda reivindicó una «política europea única de inmigración» para que, dijo, «no nos llamen la atención como hicieron tras la regularización del ministro Caldera, que lo hizo tan mal que no está».

Críticas a la nueva Ley

Por su parte, la secretaria regional del Partido Popular de Melilla, María del Carmen Dueñas, denunció ayer en un comunicado que el proyecto de ley de reforma de la Ley de Extranjería, aprobado este pasado viernes por el Consejo de Ministros, «reconoce el fracaso del modelo anterior y la política de papeles para todos y puertas abiertas que establecía el Reglamento Caldera del año 2005».

La popular apuntó también que es una reforma «insuficiente y de poco calado, que no resuelve los principales problemas de la inmigración en nuestro país».

Para la número dos de los populares locales, la propuesta del Gobierno «se queda corta en muchos aspectos y no se ajusta a las actuales dificultades de la crisis económica».