lepe (huelva). La organización humanitaria Cáritas ha tenido que llevar a cabo un programa de emergencia para atender a 24 inmigrantes malíes, que llevaban varios días sin comer “y se estaban muriendo de hambre” en un campamento a las afueras de Lepe.

Así lo aseguró la presidenta de Cáritas en Lepe, Luisa Cáceres, quien aseguró que voluntarios de esta ONG tuvieron que comprar en un supermercado del municipio víveres “como arroz, pasta, tomates o aceite” que llevaron inmediatamente al campamento, ubicado en la zona de la localidad conocida como El Corchuelo.

La crisis económica ha provocado que la demanda de mano de obra para la recogida de la fresa, sobre todo, se cubra con trabajadores legales, de tal forma que el trabajo no alcanza para los sin papeles quienes, por miedo a ser expulsados, ni tan siquiera se atreven a pedir ayuda para cubrir una necesidad tan básica como la de poder comer.

Cuando los voluntarios de Cáritas llegaron a la zona, encontraron una escena “que daba miedo”, con 20 hombres “tirados en colchones, sin poder moverse, sin fuerza para nada, y ni ellos mismos sabían cuanto tiempo llevaban sin comer”, explica Luisa Cáceres, que añadió que, posteriormente, otros cuatro inmigrantes se unieron al grupo.

La activista de Cáritas se lamentó de la situación en que se encuentran los inmigrantes que viven en los asentamientos del municipio, más de 700 repartidos por todo su extrarradio, ya que “son gente que no tienen nada, que no deberían salir de sus países para venir a España, pero una vez aquí les preguntas por qué no se van y te responden que no tienen dinero ni para comer, cuanto más para comprar un billete de avión”.

De esta forma, Cáritas mantiene un programa de ayuda a los inmigrantes que viven en el municipio en condiciones infrahumanas, algunos de los cuáles, unos 500, fueron desalojados el pasado febrero de todos los campamentos que ocupaban, pero la mayoría de ellos volvieron a levantarlos a los pocos días, y en ellos se mantienen. >agencias