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El Concello vigués pedirá al Gobierno que no expulse a la madre de la niña a la que le cayó encima un balcón

La Voz de Galicia, Luis Carlos Llera, 25-06-2009

El Concello de Vigo solicitará a la subdelegación del Gobierno que no expulse a Miriam Ramos, la joven boliviana madre de una niña de cuatro meses, Alejandra, a la que le cayó encima un balcón de 350 kilos el pasado 3 de diciembre.

La subdelegación del Gobierno ha ordenado la expulsión de la joven, de 21 años, en el plazo de quince días. Según el Ayuntamiento vigués, Miriam lleva solamente dos años residiendo en España, por lo que no es posible solicitar el permiso de residencia legal, pero sí la figura de «arraigo excepcional».

La oficina de inmigración del Concello de Vigo fue recabando toda la documentación para la solicitud de residencia de la mujer. Pero no recibió el certificado de antecedentes penales procedente de Bolivia. La joven entregó el certificado que acredita que nunca cometió ningún delito en la comisaría de policía. Como la oficina de inmigración del Concello no tenía el certificado de penales, el alcalde no pudo enviar una carta al subdelegado del Gobierno solicitando el arraigo excepcional.

Según comunicó el teniente de alcalde, Santiago Domínguez, al abogado de la mujer, la alcaldía va a enviar ahora una misiva solicitando el recurso de reposición de la orden de expulsión. Dada la situación de la familia, el Concello espera que el Gobierno dé marcha atrás y que no expulse a la madre de Alejandra.

El Concello medió para que Israel Castro, el padre, consiguiese un trabajo en Alcampo, ya que perdió su empleo en el Berbés por cuidar de la niña. Israel estuvo trabajando 15 días en dicho centro comercial, pero como no tiene el permiso de residencia no le pudieron hacer contrato después del período de pruebas. Según el Ayuntamiento, no ha obtenido el permiso de residencia porque no posee el certificado de penales de su país.

La tenencia de alcaldía señaló ayer que el departamento de Benestar Social presta ayuda económica para el piso en que residió la familia y sufragó parte de los gastos farmacéuticos y de alimentación de la pequeña. La niña sufre graves secuelas, entre ellas ataques epilépticos, que requieren de medicación continua, y falta de movilidad en uno de los brazos. La pequeña se encuentra en lista de espera para obtener una plaza en una escuela infantil.

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