Cuando cerca de 1.400 millones de personas en el mundo viven con menos de un dolar al día y la crisis alimentaria, en zonas rurales y marginales, incrementa este año entre 100 y 130 millones el número de afectados, la sede navarra de la ONG Amnistía Internacional inicia su campaña mundial Exige Dignidad con el fin de denunciar la vulneración de los derechos humanos, una de las principales causas de la indigencia.

“La pobreza no es una cuestión meramente económica sino que es sobre todo una cuestión de derechos humanos”, apuntó Fernando Armendáriz, secretario de la entidad en Pamplona, durante la presentación ayer de la campaña y de los actos organizados hoy y el próximo martes, 23 de junio.

Por esa razón, una de sus luchas se sitúa en el sector judicial ya que la pobreza “carece de judicialización, es decir que no se puede llevar ante los tribunales alguien que causa pobreza”, apuntó Armendáriz. No obstante, la pobreza “tiene nombres y apellidos en sus causas, en sus orígenes y en políticas que la han provocado”.

Armendáriz instó, por tanto, a las países miembros del G20 a poner en el centro del debate la violación de los Derechos Humanos para remediar este problema, al igual que lo hicieron con las medidas adoptadas para salvar de la recesión económica a las grandes entidades financieras y multinacionales.

presos de la pobreza La campaña de Amnistía Internacional Exige Dignidad pretende dar a conocer esta realidad y “señalar a los responsables”, centrándose especialmente en la rendición de cuentas de los Estados, las empresas y los organismos internacionales; en el acceso igualitario a los derechos, a los servicios y a la justicia; y en la participación activa de las personas que viven en la pobreza.

“Es una campaña que trata sobre todos los derechos humanos ya que es una combinación de abusos contra los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales lo que impulsa y ahonda la pobreza. Al exigir dignidad, exigimos que todos los estados adopten y hagan cumplir las leyes, políticas y prácticas que pongan fin a este círculo vicioso de la pobreza”, explicó por su parte Fernando González, de la ONG en Pamplona.

En la primera fase de la campaña, Amnistía Internacional se centrará en la mortalidad materna que afecta a más de medio millón de mujeres al año, en las más de 200.000 comunidades del mundo con asentamientos precarios, cifra que se duplicará en 2030; así como en las conductas de empresas que dañan los recursos naturales de los pueblos más pobres. “Hace casi 50 años, Amnistía Internacional se creó para exigir la liberación de los presos de conciencia. Hoy exigimos dignidad para los presos de la pobreza”, apuntó González.

Honduras Además, la asociación expresó su preocupación por la seguridad de la comunidad garífuna de San Juan Tela en Honduras que sufre “amenazas y actos de intimidación en relación con su lucha por proteger sus derechos a la tierra”, denunció Paz Ezcurra, responsable de la campaña.

La situación de este pueblo hondureño preocupa a Amnistía Internacional Pamplona puesto que, según explicó Ezcurra, las tierras de la comunidad garífuna son codiciadas por “empresas que quieren construir complejos turísticos que dañarían o destruirían las tradiciones, la cultura y la forma de vida de los garífuna, así como su entorno”.