La presentación del Barómetro de Ikuspegi, un organismo patrocinado por el Departamento de Empleo y Asuntos Sociales y la UPV, fue uno de los primeros actos públicos del nuevo director de Inmigración, Miguel Ángel González, quien consideró que es «injusto y carente de rigor» asegurar que los extranjeros afincados en el País Vasco recurren en exceso a los servicios sociales. «Debemos verlos como iguales», afirmó.

González prefirió centrarse en los aspectos más positivos del sondeo; sobre todo, en que la mayoría de los vascos no cree que la inmigración sea un problema. «En general – insistió – , se puede decir que la sociedad vasca es favorable a la diversidad». A su modo de ver, «es un buen punto de partida» el que la cultura de una sociedad sea entendida «como algo cambiante y dinámico.

Precisamente, respecto a la actitud de los vascos ante las costumbres de los inmigrantes, Miguel Ángel González subrayó que el proceso de integración es «bidireccional» y no sólo exige un esfuerzo a los nuevos ciudadanos de Euskadi, sino también a la población autóctona.

En este sentido, el informe de Observatorio Vasco de la Inmigración revela que la mayoría de los encuestados no cree que la llegada de extranjeros vaya a interrumpir el desarrollo del euskera, ni que provoque un retroceso de su uso en las comarcas donde ahora es lengua de uso mayoritario. Tampoco piensa que el flujo migratorio – que actualmente asciende al 6,1% – de la población llegue a «frenar las aspiraciones del nacionalismo».