Macrorredada contra los talleres de explotación china en Mataró
El Mundo, , 17-06-2009Más de 700 mossos fueron movilizados para registrar 72 locales simultáneamente Mataró
A pocos metros de la sede de Benestar Social del barrio obrero de Cerdanyola, en Mataró, ayer por la mañana unas veinte mujeres inmigrantes hacían cola con sus niños para acceder a ayudas sociales mientras los Mossos d’Esquadra hacían su trabajo. Cubiertos con pasamontañas la mayoría de ellos, registraban un inmueble por su presunta vinculación con las mafias de explotación de ciudadanos chinos en talleres textiles.
Lo mismo sucedía, de manera simultánea, en otros 71 talleres y viviendas de esta población, en una macrooperación policial que implicó a más de 700 mossos de distintas unidades. Ha sido el operativo «más numeroso» llevado a cabo hasta la fecha, según explicaron fuentes de este cuerpo. No es para menos, teniendo en cuenta que la vigilancia de la Volta Ciclista a Catalunya de mayo requirió la presencia de hasta 500 agentes.
Fue sobre las 9.30 horas cuando desembarcaron las patrullas y los furgones policiales en el barrio de Cerdanyola y en el de Cirera, aunque también hubo registros en muchos otros puntos de la ciudad. Aunque la operación, coordinada por la Fiscalía Especial contra el Crimen Organizado y dirigida por el Juzgado de Instrucción número 2 de Mataró, estaba abierta y bajo secreto de sumario, el conseller de Interior, Joan Saura, avanzaba desde la nueva terminal de El Prat, que hasta el mediodía se habían detenido a «entre 20 y 30 personas». Hasta el cierre de esta edición no había trascendido el total de arrestos, que definirá la magnitud y verdadero resultado de la operación.
El objetivo era, según los Mossos, «detener a los responsables de una red que habría cometido delitos contra los derechos de los trabajadores», y en que «las víctimas son personas de origen chino que vivían en condiciones frecuentemente infrahumanas, en locales comerciales o pisos de la localidad de Mataró».
El conseller Joan Saura quiso «felicitar» a los Mossos por esta operación, recordando su «eficiencia y profesionalidad», justo un día después de que se conocieran las penas mínimas a los cuatro agentes de Les Corts acusados por Interior de maltrato a un detenido, hecho que propició que los sindicatos de policía denunciasen la falta de apoyo a a sus agentes. Ayer, todo fueron halagos hacia el cuerpo.
Mientras, los registros se centraron en las calles Jaume I, València, Almogàvers, Pere III El Ceremoniós y Roger de Llúria, entre otras. Uno de ellos tenía lugar al mediodía en el número 23 de la calle València. Del inmueble, de una sola planta, no paraban de entrar y salir policías con bolsas llenas de documentación. Una vecina del barrio aseguraba que escuchaba «las máquinas de coser por las noches»; otra decía que «los chinos son muy silenciosos y nunca sabes nada de ellos»; otro, que «hay pisos en los que vivían hasta 20 chinos». Pero casi nadie podía acreditar la auténtica realidad de una comunidad que, eso sí y generalizando, acostumbra a no mezclarse demasiado con la población autóctona.
Junto a los cerca de 50 curiosos reunidos ante el registro de la calle València, un hombre vinculado laboralmente al mundo de la inmigración explicaba ayer que «los chinos de los talleres de este barrio cobran entre tres y cuatro euros la hora; a las once de la noche siempre se les ve salir en grupos de a 10 ó 15 personas, es cuando arranca el turno nocturno», afirmaba. Muy cerca de él, una mujer china susurraba discretamente «policía mala, policía mala», mirando los furgones policiales desde la distancia.
La Alcaldía ya sabía de los talleres en 2002
La operación policial, definida ayer por el Departament d’Interior como «la más importante realizada en Cataluña contra la explotación laboral y el tráfico de seres humanos», era el resultado de un hecho de sobras conocido en Mataró.
Así lo explicaron ayer a EL MUNDO muchos vecinos de la población, quienes afirmaban que «los chinos llegaron hace unos diez años y todo el mundo sabe que tienen talleres y viven en ‘pisos patera’», aunque la existencia de esta comunidad explotada y explotadora también era conocida por la concejal de Servicios Centrales del Ayuntamiento, Montserrat López.
La responsable municipal explicó ayer que habían detectado casos de talleres presuntamente ilegales en la localidad ya desde el año 2002, cuando el Consistorio trabajaba «conjuntamente y de manera continuada» con los Mossos d’Esquadra en este este tipo de operaciones.
Monsterrat López declinó valorar la macrorredada, y sólo afirmó que la Policía Local recibió por la mañana una comunicación de los Mossos avisando de que iban a realizar el operativo. Dijo también que en el Ayuntamiento no recibieron información en todo el día, según explicó López a Europa Press. El motivo podría ser el secreto de sumario.
El asunto se abordaba de igual manera en la calle. «Claro que los responsables políticos saben que existían estos talleres desde hacía años. Mire el barrio, ya casi no quedan comercios de personas de aquí», denunciaba en un bar de la calle Jaume I, otro vecino.
La mayor parte del trabajo en estos talleres se centraba en producir prendas de punto, ropa deportiva y pañuelos en jornadas maratonianas. Cuando éstas acababan, son varios los vecinos que hacían referencia a los ‘pisos patera’. Uno de ellos explicó que «sé de un piso que alquilaron, ocuparon entre varios, y luego dividieron el comedor en hasta cinco habitaciones. Es una barbaridad».
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