LA VENTANA
BRAZO
Diario de Navarra, , 15-06-2009L A población del país ha aumentado hasta los 47 millones habitantes, gracias a los inmigrantes , que ya son doce de cada cien, se casan más y tienen más hijos que la media, y muchos más problemas también que la media, y de vez en cuando vemos la punta del iceberg, los casos más hirientes, como aquel que, hace tiempo, se prendió fuego al no conseguir trabajo, o este otro, a quien su patrón le ha tirado el brazo que una máquina le había cortado a la basura y luego le ha abandonado en una cuneta diciéndole que cerrara la boca.
Un brazo a la basura justo el mismo día en que un club pagaba por la pierna de un famoso jugador 93 millones de euros, una cantidad que va a recaudarse con creces con nuestra ayuda, en especial la de todo los aficionados que se vacían con su equipo y están con él a muerte, pase lo que pase, sea como sea, y viven como una herida narcisista que su equipo pierda y que el de otra ciudad, hasta ahí podíamos llegar, gane; para evitar esta terrible injusticia se compra un delantero que exhibe tableta de chocolate y dicen que es capaz de meterle mano a Paris Hilton, y hasta el pobre hombre que hemos visto en la cama con su muñón en alto, al que le empieza ya a doler el miembro fantasma, se alegra un poco con este crack, se asombra de estas cifras mareantes, confía en verle jugar y no sabe todavía que los partidos galácticos, para que salgan las cuentas, es dudoso que los den ya en abierto y no en peiperviú. Vuelvo a Bolivia, ha dicho el hombre al salir de la anestesia, sin caer en cuenta que ahora se le ofrecerá todo lo que se le negaba: vivienda, nacionalidad, trabajo digno, pues no hay que agilice más el trámite que la mala conciencia general. La herida de este hombre, su miembro fantasma expresa como nada nuestra falta radical, nuestra inconsistencia: vivimos en un mundo lleno de leyes, organismos e instituciones; un mundo hiper-controlado y reglamentista donde va a ser difícil comerse una paella en un chiringuito, pero a 500 metros se degrada a un ser humano sin que funcione ninguna alarma. Cambian los tiempos y progresan, pero nadie sabe cómo ablandar un poco el corazón del hombre.
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