Cajón de sastre de la Eurocámara

Las últimas elecciones llevan a Estrasburgo desde ultras a ciberpiratas

El Correo, FERNANDO PESCADOR, 14-06-2009

Las últimas elecciones han abierto la puerta de la Eurocámara a una nebulosa de organizaciones poco o nada conocidas en la UE. Buena parte puede identificarse con la extrema derecha o muestra rasgos propios de ella. El conglomerado ‘otros’ de la tarta parlamentaria está compuesto, a la espera de transacciones que puedan llevarse a cabo las próximas semanas y que terminen alineando a algunos de sus integrantes en grupos clásicos, por un total de 93 eurodiputados. Nunca antes se había alcanzado esta cifra. Pertenecen a 24 formaciones políticas, algunas de las cuales son viejas conocidas de la institución, otras totalmente nuevas.

Este cajón de sastre de la Eurocámara se nutre, principalmente, con las aportaciones de los conservadores británicos (21 escaños), de ideología euroescéptica, que han abandonado el PPE, y de los eurodiputados del Partido Democrático italiano, de izquierdas, que ocupan otros 21. La tercera formación por importancia son los euroescépticos checos del ODS.

El resto, sin contar algunas excepciones como la española UPyD, el Centro de la Concordia letón, de izquierdas, o el Democratic Rally (DIKO) de Chipre – un escaño – , que ha expresado su propósito de integrarse en el grupo socialista, son agrupaciones políticas cuyos idearios desbordan posiciones xenófobas, antiislamistas o nacionalistas radicales. Es el caso de los flamencos Vlaams Belang (2 escaños) y la Lijst Dedecker (1), que se disputan en el norte de Bélgica los favores del electorado más radical y crítico con la inmigración. El VB era ya conocido en la institución europea pues durante la anterior legislatura tuvo tres eurodiputados en el grupo de los no inscritos. La caída de su nivel de representación responde a la migración en Flandes de una parte del voto independentista que el Vlaams Belang tenía confiado hacia la Lijst Dedecker y, sobre todo, al NV – A, que compartió en 2004 y 2007 cartel electoral con los democristianos del CD&V (Yves Leterme) y que ahora, solo, ha cosechado un gran triunfo.

Antiislamistas

Antiislamistas y xenófobos son también los cuatro eurodiputados holandeses del Partido por la Libertad (PVV), encabezado por Geert Wilders, así como los dos del Partido Nacional Británico (BNP), que por primera vez acceden a la Eurocámara de la mano de Bob Bailey a través de lo que parece una defección del voto laborista blanco en el norte de Reino Unido. Xenófobos y abiertamente antiislamistas son también los tres eurodiputados del Frente Nacional francés, la formación de Jean – Marie Le Pen que es bien conocida.

Esgrime igualmente un mensaje racista el Jobbik húngaro (3 escaños), a cuyo frente se encuentra Krisztina Morvai, 45 años, madre de tres hijos y profesora de Derecho Penal en la Universidad de Budapest, que ha trabajado en la ONU y en Estrasburgo. Su bien pintada boca escupe con indisimulada virulencia todo género de invectivas contra judíos, gitanos y, en general, contra cualquiera a quien considere enemigo de Hungría. El Jobbik está apoyado por una formación paramilitar, la Guardia Húngara.

El nacionalismo radical es también el signo de identificación del Partido por una Rumanía Grande, tres eurodiputados, que ha expresado su voluntad de integrarse en el PPE. A su frente se encuentra Corneliu Vadim Tudor, que fuera adulador oficial de Nicolae Ceacescu y que ha sustituido sus ataques antisemitas por acervas críticas a la corrupción de su país. No es nuevo en la Eurocámara.

Siempre con la sotana

Al PPE quiere ir también el Padre Mitro, un popular pope ortodoxo finlandés al que su iglesia le ha dejado en suspenso por militar en política, lo cual tiene prohibido. Mitro no se ha quitado la sotana en la campaña y dice que no lo hará nunca, lo que permite anticipar vistosas fotografías en el hemiciclo. Llega con la intención de «promover una Europa más humana».

El letón Alfred Rubiks (Centro de la Concordia) quiere defender los derechos de la minoría rusa en la república. Último dirigente soviético del país, con 73 años, estas elecciones europeas le han dado la posibilidad de salir del olvido de la historia .Opuesto a la entrada de Turquía en la UE, el austriaco Hans – Peter Martin, ya conocido de la institución, tiene otros dos correligionarios en el hemiciclo. Revalida mandato para denunciar «la tiranía de los grupos de presión y la confiscación del poder por las élites». Promete mucho color.

Lo mismo que Christian Engström, el jefe del Partido Pirata sueco que comenzó su campaña como una broma y que ha cosechado un 7,1% de los votos. Antiguo consultor informático, Engström, de 49 años, un antiguo liberal, quiere reformar la ley de derechos de autor, la abolición del sistema de patentes y la disminución de la vigilancia en Internet.

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