Valencia – El Gobierno Central aprobó ayer la regularización de Franns Melgar Vargas, el inmigrante boliviano que perdió el brazo en una panificadora y que fue abandonado por su jefe a 200 metros del hospital, tal y como informó la vicepresidenta del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega.
De la Vega aseguró que nada más tener conocimiento de los hechos, el Gobierno puso en marcha todos lo «mecanismos» para averiguar lo sucedido y exigir el cumplimiento estricto de la Ley.
La Fiscalía ha abierto diligencias de investigación por el siniestro y el juez encargado de la instrucción, citó ayer como imputados a los dos dueños de la panificadora, pero todavía no hay fecha para la declaración
Por su parte, Franns Melgar aseveró ayer que vive «gracias a Dios, a la Virgen y a toda la gente de buena voluntad» y que lo único que quería en el momento del accidente era «no morirse». Por eso trató de no perder el conocimiento.
También añadió que ya había avisado a sus jefes de que la máquina necesitaba mantenimiento y que no tenía garantía. Franns dijo que «está un poco contento» por que le den los papeles.
Con respecto a las graves heridas que sufrió – la amputación – el joven boliviano hizo un llamamiento a la «gente de buen corazón» para que le ayuden a recuperar el brazo porque «lo necesita».
El cónsul de Bolivia en la Comunitat, Mario Touchard, destacó que ahora Melgar necesita ayuda psicológica para superar el trauma que le ha provocado el accidente, e insistió en que le tienen que dar los papeles a los tres hermanos del herido, porque éstos han dejado su trabajo para cuidar de Franns.
En referencia a la empresa y a sus dueños, el delegado del Gobierno en la Comunitat, Ricardo Peralta, confirmó que la panificadora tenía, además de al joven boliviano, a tres trabajadores más en situación irregular y añadió que la Inspección de trabajo Local ha paralizado varias máquinas que fueron manipuladas, así como otras que tenían que ver con el suministro eléctrico.