un héroe y un miserable

La Razón, 13-06-2009

La inmigración sigue constituyendo una cuestión a solucionar. Esta semana, dos inmigrantes han mostrado una doble imagen que no puede dejarnos impasibles. Lo acontecido en Real de Gandia desvela la angustia, el abuso y la crueldad de la que son objeto quienes llegan a nuestro país en busca de una vida mejor. El boliviano Franns Melgar ha protagonizado los lados más amargos de la vida trashumante. Primero, la entrada ilegal en el país, con todo lo que ello conlleva. Después, el acceso a un trabajo en condiciones lamentables, objeto de abusos que avergüenzan a una sociedad que pretende ser desarrollada como la nuestra. Y finalmente, el abandono a 200 metros de un Hospital, sin un brazo y sangrando, pertenece al capítulo de la indignidad más abominable.
Por otra parte, Jorge Horacio Escudero, colombiano sin papeles de 42 años, que se convirtió en héroe al no dudar en introducirse en el incendio de un piso, avisar a todos y salvar a una anciana minusválida de morir abrasada.
Los dos, por causas bien distintas, merecen sobradamente ser incluidos con honores en nuestra colectividad.

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