El Gobierno regulariza al boliviano que perdió un brazo en una panificadora

Diario de noticias de Gipuzkoa, 13-06-2009

madrid. El Gobierno ha regularizado “por razones extraordinarias” al trabajador boliviano que perdió un brazo en un accidente laboral y ha remitido a la Fiscalía un informe de Inspección de Trabajo que denuncia “graves deficiencias de seguridad e higiene” en la panificadora de Valencia donde trabajaba.

Así lo anunció ayer la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, y aseguró que, nada más tener conocimiento de los hechos, el Ejecutivo puso en marcha “todos los medios” para averiguar lo sucedido y “exigir el cumplimiento estricto de la ley”.

“Esta misma mañana el trabajador accidentado, Franns Rilles Melgar, ha sido regularizado por razones extraordinarias”, señaló.

Fernández de la Vega explicó que la Inspección de Trabajo acudió “de forma inmediata” a la empresa panificadora de Real de Gandía en la que trabajaba el inmigrante boliviano, y emitió un informe en el que se “aprecian graves deficiencias de seguridad e higiene”.

El informe constató que el trabajador no estaba dado de alta en la Seguridad Social y se ordenó la clausura de la actividad de la empresa.

La vicepresidenta recordó además que el informe ha sido remitido a la Fiscalía, que ha abierto diligencias para averiguar si se han podido cometer delitos “contra la seguridad en el trabajo, de contratación ilegal de trabajadores y de lesiones graves por imprudencia”.

Por su parte, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Gandía ha citado como imputados a los dos hermanos responsables de la panificadora.

Según el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, el instructor del caso ha acordado, entre otras diligencias, tomar declaración en calidad de imputados a los dos hermanos, aunque de momento no ha fijado fecha para el interrogatorio.

Franns Melgar Vargas, que sufrió la amputación de su brazo izquierdo el pasado 28 de mayo, estaba empleado en la empresa en situación ilegal, trabajaba doce horas al día y cobraba 700 euros al mes.

Según el sindicato Comisiones Obreras, el jefe del trabajador tiró el brazo a un contenedor de basura después del accidente, lo que impidió la reimplantación, le dejó a 200 metros del hospital y le pidió que no dijera nada sobre su situación laboral.

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