Mesa de redacción
Esclavos del siglo XXI
Diario de Noticias, , 12-06-2009l
A situación que sufren los miles de inmigrantes que llegan con el deseo de labrarse un futuro mejor que el que les espera en sus países de origen es en muchas ocasiones dramática. El caso Franns Melgar descubre además una actitud profundamente inhumana. Boliviano, inmigrante, sin papeles , trabajaba 12 horas al día de lunes a sábado en una panadería por 23 euros la jornada. A finales de mayo, una máquina le segó el brazo, y su empresario le acompañó hasta cerca del hospital, donde le dejó a su suerte y le dijo que mintiese sobre el accidente. De vuelta a la empresa, se deshizo del brazo amputado arrojándolo a la basura. En el actual contexto de migraciones y crisis económica, una buena parte de los inmigrantes tienen que escoger entre acabar socialmente excluidos o asumir formas de explotación laboral que difícilmente pueden denunciar por temor a quedarse sin contrato o quedar expuestos a una expulsión si su situación administrativa es irregular . Es por eso más bochornoso aún para una sociedad acomodada económicamente y supuestamente asentada en los valores democráticos de la convivencia y la solidaridad, el silencio cómplice de quienes rodean a los promotores y beneficiarios de estas prácticas. Mirar para otro lado cuando las nuevas formas de esclavitud se esconden bajo la apariencia de mercado laboral es indigno de un modelo social basado en los principios del humanismo, la justicia social y la igualdad de oportunidades. Sin olvidar que la explotación laboral de personas inmigrantes extiende el racismo y la xenofobia y acentúa la precarización de los derechos sociales y laborales de todos los ciudadanos.
(Puede haber caducado)