VÍCTOR BEJARANO – Sevilla
Vuelve la tragedia de la inmigración al estrecho de Gibraltar. Después de un tiempo de relativa calma, en el que el flujo migratorio se dirigió a Canarias, el Estrecho acapara de nuevo la llegada de inmigrantes y los consiguientes dramas humanos. Un nuevo naufragio ocurrido ayer entre Tánger y Tarifa provocó la desaparición de una veintena de personas engullidas por las aguas, incluidos unos ocho niños.

En la patera viajaban unos 40 pasajeros, de los que sólo 22 fueron rescatados. La mitad mujeres, una de ellas embarazada. Fuentes de la subdelegación del Gobierno en Cádiz informaron de que a bordo de la embarcación viajaba un grupo de niños, ninguno de los cuales ha sobrevivido. La Guardia Civil no especificó el número ni sus edades. El verano pasado perecieron 9 bebés a bordo de una embarcación rescatada frente a la costa de Almería.

Los ocupantes de la lancha neumática fueron auxiliados gracias a una llamada de alguien que esperaba su llegada en Sevilla y que dio la voz de alarma al teléfono de emergencias 112. Lanchas de Salvamento Marítimo y Guardia Civil localizaron por la mañana a 22 náufragos subidos a la quilla. El vuelco de la embarcación pudo deberse a la sobrecarga o a un golpe de mar, si bien en ese momento no había temporal. En el estrecho reinaban vientos del noroeste variables con fuerza de entre 10 y 20 nudos y marejada.

Una vez a salvo, los náufragos contaron a los agentes que en la embarcación viajaban unas 40 personas, todas de origen subsahariano, por lo que podría haber 18 desaparecidos, si bien la cifra no es segura dada la contradicción de los testimonios. Algunos pasajeros aseguran que viajaban una decena de menores. Un hombre contó a la Cruz Roja que ha perdido a su mujer y a sus dos hijos que viajaban con él. Los supervivientes están anímicamente destrozados, aunque sólo dos recibieron asistencia médica por hipotermia. El suceso tuvo lugar a 4 millas de Tánger y la actuación corrió a cargo de efectivos de salvamento basados en Algeciras.