Inmigrante senegalés

«Viajé en patera para buscar un trabajo en la construcción en Vigo»

La Voz de Galicia, Xulio Vázquez, 04-06-2009

testimonios | pathe ndiaye |

Corpulento y con buena musculatura, a Pathe Ndiaye (33 años) lo podría contratar cualquiera con los ojos cerrados, porque domina su profesión de albañil. Se curtió en muchos andamios en Senegal, su país de procedencia. «Vine en patera para buscar un trabajo en la construcción, en Vigo, pero todavía no he conseguido un contrato». Lleva aquí apenas un año, pero aún tendrá que esperar al menos a que se levante algún edificio en la ciudad o, lo que es lo mismo, a que se disipe la crisis, para que pueda ver los ladrillos. «Trabajé de albañil en mi ciudad de Koumpenntoum, pero ganaba muy poco dinero, por lo que decidí emigrar», afirma.

Un desheredado de la tierra que no tuvo miedo a viajar en patera para escapar de la pobreza. Su única fortuna, hasta el momento, fue «llegar sano y salvo» a Tenerife en una de esas embarcaciones que bastantes veces suelen zozobrar, sembrando de cadáveres la ruta atlántica de los subsaharianos. Prefiere no hablar de los pormenores de su odisea. Sin embargo, asegura que no tuvo miedo, aunque ya no parece muy seguro de querer repetir la experiencia.

Contó con sus ahorros, y con los de su familia, para costearse uno de esos billetes, que es como jugar a la ruleta rusa. Además, asegura que tuvo que pagar 1.500 euros. Toda una fortuna para él. «Tardará tiempo en ver tanto dinero junto», afirma.

Venta ambulante

Ndiaye malvive con lo que puede ganar en la venta ambulante y algún trabajo esporádico. Pequeñas inversiones para comprar quincalla, venderla, y vuelta a empezar. Es lo mismo que hacen un hermano y una hermana suyos. Fueron quienes le aconsejaron venir a Vigo. Una vez que había llegado milagrosamente a Tenerife y lo atendiese la Cruz Roja, dice que fue la policía quien le facilitó un billete de avión hacia Madrid. Se fue a Mataró (Barcelona) «para trabajar en la recogida de la fruta, sobre todo piña». Luego, llegó a Vigo arrastrado por el consejo de sus hermanos y el deseo de ver cumplido el sueño de subirse a los andamios. Tendrá que seguir esperando.

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