Ciudadanía e inmigración
La Vanguardia, , 03-06-2009Mientras en muchos países europeos se hace un uso conservador de la categoría de ciudadanía, para fundamentar una política reactiva, que obliga a los inmigrantes a pasar un test cívico antes de acceder a derechos plenos (Holanda, Dinamarca, Alemania), el uso que se hace en España es contrario. La ciudadanía designa un enfoque político para la gestión de la inmigración, desde el Plan Estratégico de Ciudadanía e Integración del Estado, al Pla Ciutadania i Immigració de la Generalitat, hasta los planes que recorren muchos municipios. Este enfoque es distintivo de España. Ciudadanía tiene una connotación progresista y proactiva.
Esta diferencia puede explicarse siguiendo tres argumentos: 1) España es muy joven como país de tradición de inmigración, que no ha agotado todos sus efectos sobre su identidad nacional; 2) Conocedora de las otras políticas, quiere intencionadamente desmarcarse de esta lógica conservadora. El primer caso sería posible si coincidieran otros países que se han incorporado más recientemente a la tradición de inmigración, como Grecia e Italia. Pero estos dos países también están queriendo adoptar este enfoque reactivo de la ciudadanía. Seguramente también existe un tercer argumento explicativo; y 3) Los efectos secundarios que podría ocasionar una muy explícita apuesta por los tests de ciudadanía, que haría visible la problemática de la pluralidad de identidades en España. En este caso, quizás sea mejor la opción progresista que la conservadora.
Lo que también resulta claro es que si bien en el contexto español apenas se contextualiza el debate de la inmigración en términos de identidad, en las nacionalidades no estatales que lo componen, este lenguaje de la identidad, consustancial a su debate político, también impregna su filosofía de la inmigración. En este caso, el uso que se hace de la ciudadanía mezcla tanto la lógica conservadora como proactiva. Es quizás la gestión de este equilibrio el que conforma la filosofía catalana.
Pero ¿podrá permanecer el Estado cerrado al debate de la identidad? Dependerá de los pasos que se hagan en las comunidades nacionales. La fase operativa ya ha comenzado en Catalunya con el Pla Nacional per la Immigració, donde “nacional” aquí designa una identidad diferenciada del Estado español. El debate está abierto. El Estado ahora debe mover ficha.
R. ZAPATA-BARRERO, profesor de Ciencia Política de la UPF, coordinador del Grup de Recerca Interdisciplinari sobre Immigració (www. upf. edu/ gritim)(Puede haber caducado)