pamplona.¿Cómo se puede mejorar la situación de la vivienda para el colectivo gitano?

El reto pendiente es sobre todo la rehabilitación de las viviendas compradas por estas familias, que como en general son viejas precisan de reformas importantes que no pueden enfrentar. Digamos que han sido propietarias a costa de poseer infraviviendas, ya que el mapa también destaca precisamente eso, que Navarra es una de las CCAA con mayor índice de infravivienda. Esto sucede más en el medio rural. En el urbano, el problema es claramente el hacinamiento, ya que han de vivir a veces hasta tres generaciones de una misma familia en el mismo piso. En el primer caso, habría que facilitar lo más posible esas rehabilitaciones y verlas como una inversión, como una prevención de situaciones que pueden complicar más la vida de esas familias. En el caso del entorno urbano, creo que el programa de alquiler puede ayudar bastante.

¿Es compatible la inserción social con la cultura gitana?

Por supuesto que sí. Lo primero que hay que dejar claro es que la comunidad gitana es muy heterogénea. Todas las culturas evolucionan y se adaptan a los cambios sociales y la cultura gitana no es una excepción. Integración social no significa asimilación cultural. En general, la cultura gitana es una gran desconocida, a pesar de los grandes valores que aporta, y se confunde con la cultura de la marginación de algunos grupos. Me resulta curioso cuando desde algunas instituciones se organizan actos interculturales para tratar de conocer otras culturas (y eso resulta solidario e incluso atractivo) pero luego no se incluye a la cultura gitana porque parece que no puede aportar nada y se infravalora.

¿Cómo son recibidos los gitanos en barrios de payos? ¿Aún hay rechazo?

Que hay discriminación no es que lo diga yo, sino que lo dicen todas las encuestas: es el grupo más estigmatizado y peor valorado. Desgraciadamente el prejuicio y el estereotipo se genera por los grupos gitanos más marginales, que tienen más en común con un payo marginal que con un gitano cualquiera. El problema es que existen muchas personas gitanas invisibles , que si no generan problemas, no se les considera como tales. Hay muchas personas gitanas que tienen miedo a decir que lo son, en su trabajo o a sus vecinos, por temor a las reacciones. Ése es el problema: muchas veces no quieren salir a la luz por miedo a las consecuencias y eso hace que se mantenga más el estereotipo del gitano marginal. Incluso se les llega a decir como un halago: “Es que tú no pareces gitano”. También hay muchas personas no gitanas que tienen problemas con sus vecinos, pero se les distingue del resto. Sin embargo con los gitanos se generaliza. Por supuesto que los gitanos tienen maneras distintas de celebrar algunos acontecimientos y que las familias son más extensas, y eso a veces, por ejemplo en el sistema sanitario, desconcierta un poco. Por otra parte ya he mencionado antes que existen graves problemas de hacinamiento y efectivamente eso causa molestias en los vecinos. Pero creo que debemos respetar más las diferencias y tratar de entender por qué se hace cada cosa antes de cuestionarla.

¿Qué se puede decir para acabar con el tópico de que a los gitanos se les proporciona casa gratis cuando no tienen trabajo ni pagan impuestos?

Diciendo la verdad: que eso es radicalmente falso. Para comprar viviendas de integración social deben cumplir los requisitos de encontrarse en situación de exclusión social, han debido contraer una hipoteca ya que toda la vivienda no es subvencionada y se han comprometido a cumplir acuerdos de incorporación social. Además, las casas no pueden ser nuevas ni superar un precio concreto. En su conjunto, el dinero recibido como subvención es inferior al que se recibe por una VPO, una modalidad a la que aceden muy pocas familias gitanas por no ganar lo suficiente o no tener el aval exigido. Sinceramente creo que son el gran chivo expiatorio de gran parte de los problemas de la sociedad, como si la culpa de que los jóvenes no se puedan comprar un piso fuese de los gitanos. Sin embargo molesta mucho más eso que la especulación inmobiliaria o las restricciones de las políticas de vivienda durante todos estos años. No deja de ser contradictorio.