La Diputación volverá a enviar menores a Estíbaliz si continúa la «saturación»
El Gabinete Agirre reitera su exigencia al Gobierno central para que «ponga orden» y evite la libre movilidad por la península
El Correo,
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30-05-2009
Al borde del «colapso». Con la apertura del centro de Molinuevo, la Diputación afronta con el agua al cuello un nuevo reto en la atención de los menores extranjeros no acompañados por la ingente cantidad de chicos llegados desde finales de 2007. Entonces, apenas sumaban 20 y ahora, 120. Los recursos, por contra, siguen siendo escasos porque las recién inauguradas instalaciones de Coronación no significarán un aumento de las plazas, sino un cambio de cromos con varias dependencias provisionales que ahora cerrarán sus puertas: un piso de los jesuitas en Vitoria para 8 personas y las instalaciones del santuario de Estíbaliz cedidas por los benedictinos, donde residían unos 30.
Pero lo que ahora dejará de utilizarse, tal vez se puede volver a usar en agosto. Según ha podido saber EL CORREO, la Diputación volverá a enviar a menores a Estíbaliz si en el verano, como se teme, se dispara la llegada a la Península de jóvenes inmigrantes procedentes del otro lado del Estrecho. Todo está hablado con los responsables de la congregación religiosa, que habían pedido sacar a los menores durante junio y julio porque ya tenían comprometidas las instalaciones para diversas colonias de verano.
El tiempo está demostrando que la realidad supera con creces a las medidas establecidas para gestionar un fenómeno al alza. Y es que el nuevo complejo de Molinuevo ya se ha quedado pequeño antes de abrirlo al tener una capacidad máxima de 30 plazas (15 por módulo). No es que haya habido un error de planificación, sino que la ley no permite habilitar instalaciones de este tipo de mayor aforo.
El IFBS, ahora, cuenta con dos grandes centros de acogida: el ubicado desde 2003 en la sede de la Cruz Roja en Vitoria (una capacidad de entre 30 y 35 plazas) y el recién inaugurado en Coronación. El resto de camas se cubre con cuatro pisos de emancipación (de casi una decena de plazas cada uno) y diferentes recursos públicos destinados a otro tipo de jóvenes de los que se está echando mano porque hace meses que están «saturados».
El Gabinete Agirre se encuentra entre la espada y la pared: debe atender su obligación de acoger a estos chavales, pero se ve impotente por no tener recursos para hacerlo. De hecho, la fiscal de Menores de la Audiencia de Vitoria, Carmen Cotelo, manifestó en una reciente entrevista con este periódico que si todo sigue así, la Diputación no tendrá más remedio que abrir otro centro. Eso sí, la opción de Estíbaliz no la vería con malos ojos.
Cupos en las autonomías
El IFBS no sólo se ha topado con la escasez de recursos residenciales, también con un presupuesto mermado por la crisis que hace muy difícil encontrar los fondos necesarias para atender a estos chicos. En el último año, el presupuesto se ha triplicado hasta los 3 millones anuales. Por todo ello, la institución foral no ceja en su empeño de exigir al Gobierno central que «ponga orden» y prohíba la libre circulación de los menores por la Península.
Así lo reiteró ayer la responsable foral de Política Social y Servicios Sociales, quien aseguró que en las últimas horas habían conocido que Aragón acoge a 105 de estos jóvenes y Navarra, sólo 8. Euskadi, por contra, supera los 800. «No es normal que se den estas diferencias», lamentó la diputada del PNV, que pidió el establecimiento de cupos para las comunidades autónomas.
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