pamplona. Desmontar estereotipos, acercarse a la población extranjera y dotar de formación y recursos al profesorado son algunos de los retos que debe afrontar la sociedad navarra para alcanzar una verdadera integración del alumnado inmigrante en la escuela, es decir, para que el camino de estos escolares sea más fácil. La labor principal es sensibilizar a las familias navarras para que no huyan de los centros escolares donde hay extranjeros. Una realidad que, tal y como lamentó ayer la directora general de Ordenación del departamento de Educación, Teresa Aranaz, “desgraciadamente ocurre” en la Comunidad Foral.

Los retos que debe abordar una política educativa en materia de integración fueron analizados ayer en el marco de las jornadas Mejor educación, mejor ciudadanía , que acogió el Civivox Iturrama de Pamplona. Esta iniciativa, organizada por el Consejo General de Colegios y Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias, se ha desarrollado también en Málaga y Barcelona.

Los cuatro ponentes (dos expertos universitarios, una representante de la Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración, y Teresa Aranaz) coincidieron en la necesidad de trabajar la acogida y la integración de la población extranjera si bien recordaron que hace falta tiempo. “Se trata de un proceso de intercambio cultural y de formar al profesorado para lograr que los alumnos tengan un camino más fácil. Se necesita tiempo; no podemos pedir resultados ya”, aseguró Inés Gabari, del departamento de Psicología y Pedagogía de la UPNA, que apostó por trabajar la coordinación con las escuelas extranjeras donde se quedan muchas veces los hijos.

intercambio cultural, lento La visión más optimista del fenómeno corrió a cargo del profesor de la Universidad de La Rioja, Juan Andrés Muñoz Arnau. En su opinión, la educación “es más sencilla de lo que parece, se resuelve con la relación profesor – alumno”. Durante su intervención, Muñoz afirmó que “creo en los maestros” y recordó que “existen elementos normativos para hacer frente a las necesidades que plantea la integración”.

Sin embargo, tal y como recordó Aranaz, en la sociedad existen demasiadas barreras que hacen que el cambio cultural sea una cuestión “más lenta”. Prejuicios, discriminación, aporofobia (fobia a todo lo relacionado con la pobreza y la exclusión), miedo a lo desconocido… “Necesitamos que haya empatía: sentir lo que sienten otros”, afirmó Aranaz. Y es que para que la integración funcione , señaló Muñoz, “hay que ver el sufrimiento humano. Conocer nos ayuda a comprender”.

En esta misma línea se pronunció Nieves Díaz, de la dirección general de Integración de los Inmigrantes de la Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración, quien destacó la “riqueza de las sociedades que acogen población inmigrante” y apostó por la sensibilización de la población de acogida.

faltan ayudas La mayoría de los ponentes rechazaron el reparto de alumnado inmigrante por los centros, una visión que compartió en el turno de debate, el orientador del CP San Jorge, Luis Vicente Garín. “No somos partidarios del reparto pero sí de que no huyan de nuestro barrio”, señaló Garín, que afirmó que “aún estamos esperando que nuestros centros cuenten con medidas extraordinarias: más inversión, profesorado estable….”.