La derecha de EE.UU. arremete contra la juez Sonia Sotomayor
Los conservadores acusan a Obama de elegirla por criterios identitarios
La Vanguardia, , 28-05-2009La designación de Sonia Sotomayor, juez de origen puertorriqueño, para cubrir una vacante en el Tribunal Supremo de Estados Unidos ya está siendo aprovechada por la derecha conservadora para arremeter con dureza contra la propia magistrada y contra el presidente Barack Obama por haberla elegido. Las sesiones de confirmación en el Senado pueden ser muy duras, aunque, dada la correlación de fuerzas, resulta muy improbable que los republicanos sean capaces de bloquear el nombramiento de Sotomayor.
Dos virulentos editoriales, en los diarios The Wall Street Journal y The Washington Times,anticiparon ayer algunos de los argumentos que se usarán contra Sotomayor y contra el presidente. Según el primer medio, Obama optó por una “candidata de empatía” y dio prioridad a la política de identidad cultural frente a la “sabiduría judicial”. El rotativo financiero desempolvó viejas declaraciones de Sotomayor en las que sugería que una mujer latina sería, por su rica experiencia vital, mejor juez que un hombre blanco. The Washington Times atacaba a Obama y Sotomayor en términos parecidos. Según este periódico, el presidente “ha abandonado cualquier pretensión” de ser pospartidista y ha mostrado sus “verdaderos colores”. “Aunque pueda gustarle verse a sí mismo como un moderado reflexivo que se eleva sobre los problemas que dividen a EE. UU., sus acciones revelan lo que esconde bajo esa lámina esperanzadora”, afirmaba el diario. El crispado radiofonista Rush Limbaugh también se sumó a las descalificaciones.
Los críticos conservadores se han aferrado a unas frases que Sotomayor dijo hace cuatro años en la facultad de Derecho de la Duke University. La juez, medio en broma medio en serio, sostuvo que en el tribunal de apelación “es donde se hace política”.
Ese es el tipo de comentario que la derecha considera un anatema. Los conservadores siempre barren para casa y creen que los jueces con opiniones progresistas en temas como el aborto o los matrimonios gais son unos activistas políticos para quienes el Supremo debería estar vetado. En cambio, no ven el mismo problema cuando se trata de magistrados que, en nombre de una interpretación estrictamente jurídica de la Constitución, destilan una política muy conservadora.
Las sesiones del Senado prometen ofrecer un debate apasionante, dentro y fuera del Capitolio. Los republicanos deben andar con mucho cuidado en sus ataques a Sotomayor. Primero porque es mujer. Segundo, por su condición hispana. Si ponen énfasis en sus credenciales y sugieren que ha sido elegida para contentar a la población latina, entrarán en un terreno peligroso. Los conservadores saben bien que no pueden enemistarse con los hispanos. Su fuerza electoral es determinante, como mostraron las pasadas presidenciales, para ganar en estados del sudoeste como Nevada y Colorado.
Otro factor interesante en salir a la luz es que, con Sotomayor, serían seis los jueces católicos en el Supremo, por sólo un protestante y dos judíos. En el terreno confesional, pues, la máxima instancia judicial no es un espejo fiel de la realidad religiosa estadounidense, en la que los protestantes siguen siendo mayoría.
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