CARTAS AL DIRECTOR
Fumando en un polvorín
Diario Vasco, , 28-05-2009Madrugada del domingo 24: un individuo en la cola de entrada a una conocida discoteca de San Sebastián junto a la playa de la Zurriola. A la primera de cambio. ¡zis! ¡zas! Acuchilla a dos porteros y sale huyendo. En dicho establecimiento de ocio nocturno doy fe de que no discriminan a la gente por su raza, credo o ideología política; ni por su indumentaria (yo entro sin ningún problema y no voy precisamente con pelito corto, chaqueta y corbata). Varios meses antes: en una calle céntrica, dos menores le ponen la navaja en el cuello al amigo de mi hijo que solo tiene 12 años; le roban el móvil y salen corriendo hacia el piso de acogida de la torre de Atotxa. Diariamente, un grupo de menores roba en los comercios; si les haces frente y logras no salir mal parado, te pueden denunciar por un simple arañazo. Cuando ven venir la patrulla de la Ertzaintza que les detiene, se dicen entre ellos: «ya viene el taxi que nos lleva a casa gratis».
Como no se tomen medidas, este polvorín va a explotar muy pronto. Antes, Donostia era la ciudad más segura de España, claro, se comprende, a ver quién era el listo que se atrevía a delinquir con tantos policías, guardias civiles, escoltas y vigilantes de seguridad dedicados a protegernos de ETA. Los sectores más extremistas ya piensan en hacer «patrullas ciudadanas», como Berlusconi (lo que faltaba). En fin… Creo que deberíamos tratar a este pequeño colectivo de jóvenes como lo que son: delincuentes, pero sin ponerles el sello por su procedencia geográfica, porque la gente chunga es un minúsculo porcentaje entre todos los inmigrantes. Además, nosotros no podemos dar lecciones éticas, cuando en nuestro propio país hay pandillas de «niños bien» que dan palizas a los indigentes por pura diversión.
(Puede haber caducado)