OBAMA HISPANIZA EL SUPREMO

La juez puertorriqueña Sonia Sotomayor, designada para el Alto Tribunal

La Vanguardia, , 27-05-2009

EUSEBIO VAL – Washington. Corresponsal
La América oficial refleja cada vez más, en términos étnicos, la América real. El primer presidente negro de la historia de Estados Unidos designó ayer a Sonia Sotomayor, de origen puertorriqueño, candidata a ocupar una vacante en el Tribunal Supremo. Nunca antes un jurista latino había tenido este honor. Para los hispanos, la minoría más numerosa y demográficamente con mayor vigor del país, la noticia supuso superar otro umbral muy importante, reflejo de su éxito e integración en el mosaico estadounidense, y una considerable inyección de autoestima como comunidad.
El Tribunal Supremo, árbitro último e interpretador inapelable de la Constitución, es una pieza clave, de enorme influencia, en el sistema democrático estadounidense. Lodemostró, por ejemplo, la decisión de diciembre del año 2000 que dio la presidencia a George W. Bush en detrimento de Al Gore.
Una de las prerrogativas más preciadas del presidente es designar a quienes cubrirán las vacantes del máximo órgano judicial, cuyos nueve miembros disfrutan de puestos vitalicios. A menudo el inquilino de la Casa Blanca, pese a sus vistosos atributos de poder neoimperial, no deja un sello permanente con sus decisiones políticas o sus leyes, pues está muy condicionado por el Congreso. Pero escogiendo a los jueces del Supremo –que deben someterse a la ratificación del Senado–, un presidente puede marcar una línea, conservadoraoprogresista, que se prolonga decenios y determina la política en asuntos muy controvertidos como el aborto, la eutanasia, el matrimonio homosexual o la pena de muerte. George W. Bush, por ejemplo, tuvo la oportunidad de nombrar a dos jueves muy conservadores, John Roberts y Samuel Alito.
En el caso de Sotomayor, de 54 años y juez del segundo circuito de apelaciones federales, está destinada a sustituir a David Souter, que se jubila de manera voluntaria. Souter es un vivo ejemplo de que las credenciales teóricas con que se escoge aun juez del Supremo no siempre resisten la prueba de la realidad o la evolución del propio individuo. A Souter lo nombró Bush padre, creyendo que era conservador, pero luego se alineó de manera sistemática con el sector progresista del tribunal. Si Sotomayor es confirmada, será una jurista liberal relevando a otro liberal, por lo que la actual relación de fuerzas en el tribunal no se verá afectada.

AObama se le vio ayer muy satisfecho de presentar a alguien con el perfil de Sotomayor. Ella, como él, es un exponente de ese mito del sueño americano, que, a decir verdad, se alimenta con millones de casos reales, de ese país abierto, generoso y de oportunidades donde todo es posible. La candidata, soltera y sin hijos, presenta grandes similitudes biográficas con el presidente. Nacida en Nueva York de padres puertorriqueños, se crió en un ambiente modesto, en el sur del Bronx. Vivía en una vivienda pública. Su padre murió cuando ella tenía nueve años. Gracias a sus méritos, estudió en dos prestigiosas universidades – Princeton y Yale-y desarrolló una notable carrera profesional. Tiene a su favor que fuera designada con anterioridad por un presidente de cada partido, el republicano Bush padre y el demócrata Clinton, para ocupar cargos. Eso le da un aura bipartita muy valiosa para obtener la bendición del Senado.

Obama destacó de Sotomayor su dilatada experiencia como juez, mayor – según él-que la que tenían sus futuros colegas del Tribunal Supremo cuando fueron escogidos. Resaltó el respeto de sus colegas y la “adoración” de los ayudantes y jóvenes abogados que han trabajado con ella. Sonia Sotomayor ha dictado sentencia en 450 casos, incluido uno muy sonado, que acabó con la huelga de béisbol en 1994-1995. “Algunos dicen que la juez Sotomayor salvó al béisbol”, dijo Obama, entre risas y aplausos, al rememorar el episodio.

La juez protagonizó una autopresentación muy emotiva. Entre la audiencia estaban su madre, su padrastro y su hermano Juan, médico. “Escogí ser abogado, y finalmente juez, por el desafío infinito de las complejidades del derecho – afirmó-.Creo firmemente en el imperio de la ley como fundamento de todos los derechos básicos”.

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