La muerte ayer de dos mujeres marroquíes en la frontera de Ceuta vuelve a poner de manifiesto las precarias condiciones de los pasos fronterizos de las ciudades autónomas, donde las avalanchas son comunes. Las dos víctimas, de 32 y 53 años, murieron aplastadas cuando intentaban volver a Marruecos cargadas con fardos de mercancía. Otras ocho porteadoras tuvieron que ser trasladadas al hospital civil de Ceuta, aunque siete de ellas recibieron el alta y sólo una de ellas fue ingresada con fracturas costales. En la avalancha también resultaron heridos cuatro policías.

El trágico suceso se produjo a las once y media de la mañana, cuando unas 200 personas se precipitaron por unas escaleras de gran pendiente en el conocido como puente de Biutz. Éste es un pequeño paso habilitado para el transporte de mercancías a pie que se sitúa junto a la frontera del Tarajal, por el que cruzan todos los días más de 20.000 marroquíes. La mayoría acude a la ciudad autónoma a realizar compras o a recoger mercancía que pasa luego de contrabando.

El siniestro fue «inevitable», señaló ayer el delegado del Gobierno, José Fernández Chacón, quien descartó la posibilidad de cerrar esta vía en el futuro próximo, ya que «hay muchas personas a ambos lados de la frontera que viven de este paso». El cierre del paso de Biutz ha sido un caballo de batalla para el Sindicato Unificado de Policía, que ha llamado la atención en numerosas ocasiones sobre la precariedad de la frontera. «Nos duele haber acertado en las previsiones», señaló a este periódico Andrés Carrera, secretario general del SUP en Ceuta. «Sólo una veintena de policías vigilan y canalizan a la masa de gente en Biutz, por lo que los agentes están desbordados de trabajo».

El sindicato estudia personarse como acusación particular por el fallecimiento de las dos porteadoras. «Vamos a llevar este caso a los tribunales. Los responsables son el delegado del Gobierno y el presidente de la ciudad autónoma».

El paso de Biutz se encuentra situado junto a tres polígonos industriales, donde se comercializan el 90% de las ventas al por mayor en Ceuta. Los empresarios de estos polígonos también han denunciado en numerosas ocasiones la precariedad del paso, donde las aglomeraciones y las avalanchas humanas son comunes.