Fiesta multicultural

Diario Vasco, IÑAKI ZARATA, 25-05-2009

DV. Quiso la casualidad que la nueva edición del festival Mundumira, en Eskoriatza, coincidiera con la apertura de la autopista que une el Alto Deba con Álava. Estrenó el nuevo vial mucha gente porque el corazón de la villa fue en la tarde del sábado un tapón humano a paso de hormiga, a pesar de los ritmos que sonaban en sus calles.

Se había alejado la tormenta y un cielo azul y la temperatura estival invitaron a la masa a deambular por las numerosas atracciones (exposiciones, venta ambulante, gastronomías diversas, ONGs, zona infantil en el frontón…).

Con Aitzorrotz y las cimas roqueras de Kurtzebarri presidiendo la fiesta, la cita sabatina tuvo por la mañana animación callejera con Amama Luisa Brass Band, capoeira brasileña, los aragoneses Artea Teatro, los brasileños Madera de Choro y DJ Budim y un espectáculo de danza persa. La plaza central Fernando Eskoriatza fue corazón de la fiesta y ya por la tarde, mientras las gentes degustaban especialidades de té a pleno sol, sonaba el reggae del septeto Ras Miguel & Tafari, al que siguió la samba latina de los venezolanos Bloque 53. Y a duras penas se hicieron paso entre el gentío, por Aranburuzabala y Arana, el carnaval uruguayo, con los percusionistas Candombe y la comparsa Los Botija, más el balcanismo de los galos La Fanfarre P4, con sensual bailarina descalza.

Al anochecer, la masa subió hacia la Universidad, en cuyo amplio parking se programó el escenario gigante para el concierto de los barceloneses Macaco. Animó la primera parte el cruce de txalaparta y didgeridoo de Rude Kanka e Iban Nikolai. Y triunfó el mestizaje de Macaco, con un reventón de públicó que desbordó todas las previsisones: unas 8.000 personas apretadas hasta lo imposible.

El cambio meteorológico llegó ayer. Por la mañana actuaron el guitarrista brasileño Edson, Eskoriatzako Trikitixa Musika Eskola, Candombe de Uruguay y el raï argelino de Neila Benbey. Pero la lluvia deslució a la tarde el fin de fiesta suspendiéndose los conciertos de los locales Klak!Son y los argentinos Desvache y obligando a cerrar atracciones antes de lo previsto. Una pena, porque la Fiesta de las Culturas del Mundo ha reafirmado su atrevido esquema de transformar un pueblo en multiescenario festivo.

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