INVESTIGACIÓN DE UN HOMICIDIO EN EL BAIX LLOBREGAT
El tiroteado en Sant Joan Despí era un mafioso búlgaro
La víctima había robado varias veces alijos de droga a bandas de narcos
El Periodico, , 22-05-2009ANTONIO BAQUERO
BARCELONA
El hombre que murió tras ser tiroteado el pasado miércoles en Sant Joan Despí era un conocido criminal búlgaro que, entre otras actividades delictivas, se dedicaba a robar alijos de droga a bandas de narcotraficantes. Según han explicado a este diario fuentes cercanas a la investigación, el muerto era un viejo conocido de las fuerzas de seguridad. De hecho, hacía tanto tiempo que residía en España que incluso había logrado obtener la nacionalidad española.
Esas fuentes coinciden en destacar que el hombre era “un pluriempleado del crimen”. Aunque no han querido relatar todas las actividades en que estaba implicado, sí han destacado que una de ellas era la de robar cargamentos de droga a otras organizaciones criminales. De hecho, esas fuentes sospechan que el asesinato de la víctima fue ordenado como venganza por una banda a la que había robado anteriormente una partida de droga.
En los últimos meses, en Cata-
lunya han sido desarticuladas varias organizaciones criminales que, además de importar droga y distribuirla, no dudaban en robarla a otros clanes mafiosos rivales.
NO IBA IDENTIFICADO
Aunque en el momento de morir no llevaba identificación alguna encima, los tatuajes que llevaba en el cuerpo -especialmente el de una pistola automática en su estómago- permitieron a los agentes identificarle como un miembro conocido de los grupos criminales organizados originarios de Europa del Este que operan en Catalunya y Levante. Además, ayer se le practicó una prueba científica para confirmar su identidad.
La víctima fue abatida el pasado miércoles a la una del mediodía por un hombre en moto que, tras perseguirle a lo largo de varias calles -la persecución comenzó en Esplugues- acabó dándole caza junto a los estudios de TV-3 en Sant Joan Despí. Cuando le atrapó, le disparó tres veces, alcanzándole una de ellas en la cabeza y causándole la muerte. Varios testigos presenciales, coincidieron en señalar que antes de disparar hubo un intercambio de gritos entre el asesino y su víctima.
(Puede haber caducado)