D. MARTÍNEZ

ALICANTE. El alcalde de Elche y vicesecretario del PSPV, Alejandro Soler, se ha apartado de las tesis oficiales en materia de inmigración defendidas por el secretario general de los socialistas valencianos, Jorge Alarte. Pese a las críticas vertidas por el PSPV contra el «compromiso de integración» promovido por el Gobierno valenciano, el «número dos» de Alarte no ha dudado en otorgarle carta de naturaleza y utilizarlo para agilizar trámites en su gestión de la inmigración. Así, el certificado del compromiso de integración es uno de los documentos que admite el Ayuntamiento de Elche para tramitar informes de arraigo.

El compromiso de integración es una iniciativa impulsada por el conseller de Inmigración y Ciudadanía, Rafael Blasco, que sirvió de base para el diseño del «contrato de integración» que formó parte del programa electoral del presidente nacional del PP, Mariano Rajoy, en 2008. Su objetivo es formar a los inmigrantes en la cultura española y valenciana, y favorecer de este modo su integración.

Rechazo del PSPV

Los socialistas han mostrado siempre su rechazo a esta iniciativa, tanto en el plano nacional como desde la dirección de la federación valenciana. Así, Alarte y el PSPV no reconocen la validez del compromiso de integración de la Generalitat, del que consideran que pretende «criminalizar» la inmigración.

La postura oficial del partido en esta materia no ha impedido a Soler servirse de la misma iniciativa que cuestiona la formación de la que él mismo es vicesecretario general.

Según ha podido saber ABC, el Consistorio ilicitano admite la presentación del certificado de asistencia a los cursos organizados por la Conselleria entre la documentación que deben presentar los inmigrantes afincados en la ciudad de las palmeras para regularizar su situación administrativa.

Al mismo tiempo, el Registro Civil de Elche acepta los certificados como documento que exime de realizar la entrevista para obtener la nacionalidad. El Ayuntamiento ilicitano lo requiere para emitir el informe de arraigo a favor del inmigrante interesado.

Interés creciente

Este informe se emite por parte del Consistorio del municipio en cuestión con objeto de acreditar la inserción social del inmigrante. Se trata del primer paso para obtener tanto el permiso de residencia como la nacionalidad española, ya que este informe es uno de los documentos básicos que exige la Subdelegación del Gobierno en Alicante para autorizar la residencia «por arraigo social», una de las fórmulas más habituales.

Así las cosas, cada vez son más los extranjeros residentes en Elche que se interesan por inscribirse en los cursos que se organizan en el seno del programa «Escuelas de Acogida», puesto en marcha por la Conselleria de Inmigración. Mientras el PSPV reniega del compromiso de integración, Soler ha alentado desde su Ayuntamiento el recurso a esta misma iniciativa, al reconocer de hecho las ventajas que le otorgó desde el primer momento el Ejecutivo autonómico.

Posturas opuestas

De esta forma, se ha multiplicado exponencialmente el número de inmigrantes que acuden a las oficinas de Elche Acoge, una de las siete entidades que imparte los citados cursos.

La del compromiso de integración no es la única materia en la que los dos líderes del PSPV han mantenido posturas opuestas. De hecho, el «giro» hídrico de Alarte en la cuestión de la continuidad del Tajo – Segura fue forzado en buena medida por su «número dos», dada la importancia política que para la ciudad que gobierna encierra la defensa de los trasvases como solución a la sequía, y especialmente el del Tajo.

Así, Alarte «aconsejó» a los cargos socialistas de Alicante que no acudiesen a la manifestación en favor del trasvase convocada en Murcia en febrero. Pese a todo, Soler – que tampoco acudió – envió a su portavoz municipal, Alejandro Pérez, para representar al Ayuntamiento.

Tras este amago de ruptura de la unidad de acción entre el secretario del PSPV y su «número dos», Alarte apostó abiertamente por la continuidad del trasvase, y acompañó a Soler en las dos siguientes manifestaciones. La primera, en Murcia el 19 de marzo. La última, precisamente en Elche, se celebró una semana después.