«¿Tú, por qué corrías?», le gritaba un ertzaina a un joven magrebí, tumbado boca abajo en la acera, en la plaza Corazón de María, en pleno barrio de San Francisco de Bilbao, una de las zonas deprimidas de la ciudad donde se concentra el menudeo de drogas y la inmigración ilegal. El chico, que vestía pantalón de chandal, sudadera blanca y zapatillas deportivas, repetía con la cara contra el suelo: «¡Yo no robo, no ladrón, no he hecho nada!».

«¿No tienes papeles?, ¿alguna documentación?», le preguntaban los agentes. Houari, así dijo que se llamaba a los policías autonómicos, había escapado tras el asalto a la vivienda que compartía con otros compatriotas en el número 34 de la calle Cortes por agentes de los Grupos Operativos Especiales (GOES) del Cuerpo Nacional de Policía. La operación se saldó con 13 detenidos – todos argelinos, naturales de la ciudad de Orán, salvo uno que aseguraba ser iraquí, entre ellos un menor – , sospechosos de financiar a una rama de Al – Qaida mediante el trapicheo de drogas, los robos y la receptación de artículos sustraidos.

La espectacular redada comenzó a medianoche, cuando las calles quedaron vacías. Los GOES asaltaron de forma simultánea varios pisos en las calles Zabala, San Francisco y Cortes. En el barrio apenas se notaba vida. Una decena de prostitutas, la mayoría africanas, hacían la calle en Cortes, mientras algún toxicómano agotaba la noche apoyado en una persiana. Los viejos clubes Moulin Rouge y Marilyn, que vivieron días gloriosos, acababan de cerrar sus puertas y un corpulento africano repetía en francés: «Los españoles se quejan ahora de esta crisis; nosotros en África hemos pasado por tantas…»

De madrugada sólo quedaron abiertos los comercios especializados en alimentación árabe, con escaparates cubiertos de fruta y carne.

Sigilosamente, los agentes de intervención, con cascos y mazas, entraron en los portales y tras irrumpir en las viviendas y detener a los sospechosos – en Cortes se arrestó a seis jóvenes – , los investigadores emplearon varias horas en registrar las habitaciones en busca de pruebas. Participaron también guías caninos y perros. ‘Tor’, un pastor alemán, rastreó el domicilio de Zabala 31 sin encontrar ni rastro de droga.

El trajín de policías, que cubrían sus rostros con verduguillo y lucían aparatosos subfusiles, llamaba la atención de los trasnochadores. Muchos vecinos se asomaban a los balcones a fumar, o simplemente a curiosear. Los detenidos fueron trasladados a la comisaría de Indautxu, donde, como musulmanes, se les ofreció un menú especial, que evita productos del cerdo.