Amnistía Internacional lleva varios años denunciando abusos en el traslado de inmigrantes a sus países de origen. En su informe anual de 2006, refleja que ha habido «casos de uso excesivo de fuerza o malos tratos (incluso con resultado de muerte), de utilización de métodos peligrosos de inmovilización durante los procesos de repatriación en diversos países de Europa y en España. Por ello, ya en ese año insistían en «la prohibición de los métodos de inmovilización que entrañen un riesgo para la vida».
Otra de las demandas es la «garantía de que la administración de los sedantes se ajuste por criterios estrictamente médicos. El posible uso de pulverizantes destinados a incapacitar momentáneamente a un individuo debe estar sujeto a directrices y limitaciones estrictas». Amnistía Internacional reclamó que las esposas y métodos de inmovilización se utilicen sólo en ocasiones excepcionales».
La asociación criticó también que se mienta a los inmigrantes , porque ha habido denuncias de deportados que pensaban que su destino era la Península y, en realidad, viajaban de camino a casa, a sus países de origen.