Justifica el uso de mordazas y cascos en la seguridad de inmigrantes y agentes

La Policía quiere evitar la fuerza en la repatriación de extranjeros

La Razón, 18-05-2009

Madrid – El Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, ha pedido al Ministerio del Interior que evite obstruir las vías respiratorias, impedir la visión o la audición de los inmigrantes durante los procesos de repatriación.
La misiva, enviada hace unos meses por la defensora en funciones, María Luisa Cava de Llano, indica que «resultaría conveniente que el uso de medidas coercitivas no dificultara o pusiera en peligro la capacidad el repatriado para respirar normalmente». Asimismo, indica que «resulta necesario añadir que las medidas coercitivas no han de impedir en ningún caso que el repatriado quede privado de la visión o del sentido de la audición».
Con estos antecedentes, el Defensor del Pueblo recomienda a la Dirección General de la Policía que se modifique la resolución de 1 de octubre de 2007 para las repatriaciones y traslados y se incluya de forma expresa la prohibición del uso de medios que puedan obstruir las vías respiratorias y de los que impidan la visión y audición del detenido.
La Dirección General de la Policía y la Guardia Civil han contestado a la institución que «ha cursado las pertinentes instrucciones a la Comisaría General de Extranjería y Fronteras para que el actual contenido del apartado del protocolo de actuación se interprete en los términos y con la finalidad prevista en la recomendación del Defensor del Pueblo».
La recomendación del Defensor del Pueblo parte de una denuncia de Amnistía Internacional, en la que se pone de manifiesto el uso de cinta adhesiva para tapar la boca de los inmigrantes repatriados. Según la ONG, el uso de este método provocó la muerte del nigeriano Osamuyia Aikpitanhi, que falleció en un avión el 9 de abril de 2007 cuando era deportado a su país de origen desde Madrid. Según el Instituto de Toxicología de Barcelona, responsable de la autopsia, la causa de la muerte fue la asfixia. El joven había sido amordazado durante el traslado, no fue esposado, pero presentaba dos contusiones de carácter leve.
La Policía defiende los métodos utilizados por la seguridad de los inmigrantes y por la de los propios agentes. En la mayoría de los casos, se accede a su inmovilización y se les suele colocar cascos para que no se hagan daño. Los irregulares intentan quedarse en España de cualquier manera y una de ellas es haciéndose daño para ser atendidos en un hospital y no ser deportados a casa.
Golpes en la cabeza, morderse la lengua o lastimarse en alguna articulación son los recursos más habituales. Además, estas medidas coercitivas sirven para proteger a los agentes de la, a veces, violencia desmedida de estos inmigrantes .

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