DV. La tendencia es constante cada año: la demanda de servicios sociales crece y lo hace cada vez en mayor proporción. Si en el año 2007 fueron 10.978 las familias que recurrieron a algún tipo de ayuda o de asesoramiento, en el 2008 han sido 12.925, un 18% más. El incremento es aún mayor si se habla de solicitudes tramitadas, 13.452 en 2007 y 19.081 en 2008, un 42% más.

¿La crisis? Desde el Departamento de Bienestar Social del Ayuntamiento, su responsable, Susana García Chueca, lo duda. «Cada vez hay más leyes que generan derechos universales, nuevas normativas que amplían el acceso a prestaciones, sobre todo entre los mayores de 65 años. Por eso creo que los efectos de la crisis todavía no están en estas cifras, aunque lo más probable es que lo notemos el año que viene».

El abanico de ayudas que se gestionan desde el Ayuntamiento es amplio. Porque si es cierto que las campañas de la tercera edad se llevan más de la mitad de un presupuesto que superó los 28 millones de euros – sólo la ayuda domiciliaria supone 6 – , la infancia, la violencia de género, la inmigración o la inserción social son también capítulos importantes de un departamento que ha crecido de forma considerable.

Y que, además, considera que se debe reforzar cada vez más las llamadas ‘puertas de acceso’ a las ayudas y los apoyos, los centros de servicios sociales, siete en total. Incluido el de Morlans, situado en la antiguo edificio de Donostigas y que ha sustituido al de Prim. «La construcción de nuevos barrios nos va a generar la necesidad de nuevos centros», advierte García Chueca, en un año en el que el presupuesto municipal sí está teñido de crisis. «A nosotros no nos rebajan la cantidad económica, porque sabemos que es fundamental seguir atendiendo a la ciudadanía».

Ayudas a domicilio

Es un clásico del departamento, que hace años consiguió eliminar las listas de espera y que tiene el reto de seguir en esta línea a pesar del notable incremento de los peticionarios.

Durante 2008 se produjeron 616 solicitudes para este servicio, cuyo objetivo es ayudar al mayor o al dependiente en su casa y garantizar que el hogar esté limpio, el atendido bien cuidado y el entorno lo más cómodo posible.

Fueron atendidas 1.718 personas, de las que el 27,5% viven en Gros y Egia, y el 23,4% en la zona sur, Amara Berri, Loiola y Martutene. El 41% tiene más de 85 años y otro 40% entre 75 y 84 años. El 79% son mujeres y casi el 60% personas dependientes.

Esta ayuda se completa con la teleasistencia, 1.950 personas que están controladas en su propio hogar. «Otro programa relacionado con la tercera edad es el de convivencia de estudiantes con mayores, con cuatro jóvenes conviviendo con mayores. Hay además alternativas residenciales que se gestionan a través de los apartamentos tutelados de Berra, Zorroaga, Elizaran, Txara 2, Ategorrieta, Berio, Venta Berri o Mons, o a través de residencias para mayores autónomos». En Marrutxipi habrá también nuevos apartamentos el próximo año.

Más allá de este tipo de recursos, García Chueca resaltó el objetivo de favorecer la participación de quienes tienen más de 65 años en el resto de servicios que se ofertan a la ciudadanía, caso de cursos en casas de cultura o polideportivos, así como favorecer el ocio y la auto – organización.

Si se atiende a la acogida de actividades específicas para gente de más de 55 años, el llamado Plus 55, la participación es muy importante y la iniciativa ha tenido éxito. Sólo en los sábados y domingos de baile se celebraron 33 sesiones con 2.294 participantes y en los Paseos por Donostia, 1.308. En el encuentro de coros actuaron 900 mayores, en el taller intergeneracional 1.300 y en ciclos como el de arte y música y las jornadas de salud participaron más de doscientas personas.

«El reto es mantener la calidad y combinar lo que son ayudas de emergencia social, el nuevo plan de inmigración o la atención a los sin techo con la prevención y la generación de espacios de ocio y de prevención».