El callejón de la última
Los culpables, los demás
Según la Policía Municipal, el 27% de los detenidos en Bilbao en 2008 eran marroquíes y argelinos. Esta cifra merece un análisis sobre las causas y enfrentar el problema que existe con una parte de esta comunidad.
Deia, , 16-05-2009según la Policía Municipal de Bilbao, el 27% de los detenidos en la Villa el año pasado son marroquíes o argelinos, así de crudo. Los inmigrantes de ambas nacionalidades representan juntos el 0,04% de la población local, de ahí que asuste la gigantesca desproporción entre su presencia en el censo y en la comisaría.
Sin duda, la cifra puede corregirse y limarse, pero nunca podrá eliminarse el fondo del asunto. Y cabe replicar que no todos han delinquido, que bastantes han sido arrestados tan sólo por no llevar papeles y que algunos agentes les tienen especial tirria a los magrebíes. Podemos, en suma, maquillar, revestir y limitar la noticia, pero, aun afinando el tanto por ciento, la información merece glosa.
En verdad, el hecho lo conoce cualquier lector de periódicos, pero como mienten los medios y miente la autoridad, añadiremos que aquí lo sabe cualquiera que salga a la calle y no se autocensure. Si uno pregunta a los noctámbulos que han sido asaltados en la ciudad en el último lustro, la descripción del delincuente ni siquiera se ajusta a ese 27% de magrebíes citado al principio: la mayoría te asegurará que quien le levantó el bolso, le metió la mano al bolsillo para chorarle la cartera, le sacó un cuchillo en el portal o le tiró al suelo agarrándolo del cuello era un moro. Y si no me cree, pregunte usted y aporte sus cifras.
matar al mensajero.
Cuando informar no es criminalizar
Por supuesto, eso no significa que todos ellos roben, ni que lo haga la mitad, ni que lo haga un cuarto. En general, los vascos tampoco ponemos bombas. Tiene narices el deber de aclararlo.
Muchísimos trabajan duramente por ofrecer un futuro a sus hijos y no crean ningún conflicto. Pero es absurdo seguir negando la existencia de un problema. Y, aunque siempre será fácil matar al mensajero, recortar sus frases a conveniencia para denigrarlo o tacharlo de ultraderechista, por desgracia, la realidad se impone. Qué más quisiera yo que todo fuera una pesadilla facha y que al despertar se difuminara.
Urge reconocer que, por las causas que fueran, y habrá que analizarlas con calma, nos enfrentamos a un asunto muy grave con una parte de esa comunidad. Pero, bueno, uno ya se ha hecho a la idea de que la solución de algunos está ya escrita: el Ayuntamiento, el columnista, los hosteleros, los cientos de víctimas atracadas, todos somos unos demagogos, racistas e ignorantes. Aunque uno repita mil veces que no hablamos de todos los magrebíes, sino de unos cuantos, la suerte está echada: señalemos al dedo y dejemos a la media luna en paz.
Siempre será fácil matar al mensajero y recortar sus frases para tacharlo de ultraderechista
Urge reconocer que nos enfrentamos a un asunto grave con una parte de esa comunidad
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