DV. Que la familia de Yasmín, la mujer asesinada por su ex pareja en Irun el pasado sábado, no quede en el «desamparo». Esa es la petición formulada ayer por la asociación Intercultural Adiskidetuak, que trabaja por la integración del colectivo inmigrante en las comarcas del Bidasoa y Oarsaoladea.

Representantes de Adiskidetuak comparecieron ayer en rueda de prensa en su local social de Irun para mostrar su «apoyo a la familia de Yasmín» y la «más absoluta repulsa ante hechos» como los del sábado. Yasmín Rodríguez, colombiana de 37 años, fue asesinada a manos de su ex pareja, que también hirió gravemente al irundarra Juan Pablo Urtizberea cuando trató de auxiliar a la mujer.

Gino Castillo, peruana y representante de la asociación, dio lectura a un comunicado en el que reclaman de las administraciones «las intervenciones necesarias para paliar el desamparo en el que pueda quedarse la familia de las víctimas». Angie Sánchez, de 18 años, única hija de la fallecida, actualmente estudia segundo de Bachillerato en el Instituto Pío Baroja de Irun y ya ha mostrado su deseo de permanecer en la localidad fronteriza y continuar con sus estudios. «Mi madre querría que estudiara una carrera, que fuera alguien…», señaló en una entrevista publicada por DV.

Desde Adiskidetuak consideran que «si Yasmín vino aquí con su hija a buscarse otra vida es porque ella quería quedarse aquí y que sus hijos permanecieran aquí». En su opinión, el volver al país de origen – el padre de Angie vive en Colombia – «es empezar de cero de nuevo, pero sin su madre».

Respecto a la ayuda que pudiera estar recibiendo la hija de la víctima estos días, Castillo señaló que «es verdad que el alcalde y otras instituciones han venido a dar su apoyo, pero desconocemos si se ha plasmado ya en algo concreto. Vamos a esperar que pasen unos días para ver en qué queda todo. Cuando ocurren estas cosas, se hacen manifestaciones y concentraciones. Todo eso está muy bien, pero hay que ir a lo concreto. A veces, cuando pasa el movimiento de los medios de comunicación, muchos de esos casos quedan en el olvido».

En el comunicado, Adiskidetuak reclama también que en el «caso de las mujeres extranjeras víctimas de la violencia machista se tenga en cuenta la especial problemática que conlleva su condición de inmigrante, en cuanto a su situación administrativa, social y emocional, tanto en los momentos previos a la denuncia de malos tratos como en el caso de hechos consumados».

Asimismo, junto a medidas de protección preventivas, solicitan que el protocolo de actuación ante situaciones de violencia contra las mujeres sea conocido por todos los actores sociales.

Por último, aprovecharon la convocatoria para enviar «un abrazo a Juan Pablo Urtizberea», el irundarra que continúa ingresado en el Hospital del Bidasoa, tras resultar herido al intentar auxiliar a Yasmín. Además, realizaron un llamamiento a la reflexión para que hechos como el acaecido no alimenten conductas xenófobas.

Por Adiskidetuak, que nació vinculada a inmigrantes latinoamericanos, cada año pasan alrededor de medio millar de personas de hasta 28 nacionalidades distintas. La asociación ofrece asesoramiento laboral y jurídico a los inmigrantes para facilitar su integración, además de organizar talleres de ocio y formación.

jmvelasco