Se han registrado un caso por tentativa de asesinato, dos más por tentativa de homicidio y varias agresiones

vitoria. Cada vez más jóvenes y más agresivos. La memoria anual de la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Álava correspondiente a 2008 pone de manifiesto la honda preocupación que le provoca no solo la evolución de las estadísticas de criminalidad entre los menores de edad del territorio, sino también la gravedad de sus crímenes. De 371 menores arrestados en 2007 por infringir la ley, se pasó el año pasado a 742, un importante salto cuantitativo al que lamentablemente hay que añadir otros 100 menores, estos de menos de 14 años, que no computan en los registros oficiales. En total, 842 chicos y chicas que no llegan a los 18 pero que ya cuentan con su propia ficha policial. Y no precisamente por cometer delitos intrascendentes.

El fenómeno de la delincuencia juvenil aumentó un 50% en Álava durante el año pasado y el fiscal jefe de Vitoria, Josu Izaguirre, reconoce que, si se mantiene esta tendencia, será necesario aumentar los medios humanos que la Fiscalía dedica a esta sección. Descendieron los delitos por robo con fuerza en las cosas y los hurtos, hecho que constituiría una buena noticia si no fuera porque se han visto sustituidos por un incremento “brutal” de los robos con violencia o intimidación (26 casos en 2008), lesiones (14 expedientes), homicidios en grado de tentativa (3 casos) y asesinato en grado de tentativa (1 caso).

extranjeros “Éste último dato es una manifestación más de un fenómeno delictivo que preocupa enormemente a la Fiscalía y que deriva, en gran parte, de la llegada de personas extranjeras a nuestro territorio histórico que provienen de un entorno cultural y socialmente netamente diferente del existente en Álava”, defiende Izaguirre.

Así, el fiscal jefe explica que se trata de personas originarias de lugares en los que portar armas blancas en espacios públicos “forma parte de su cultura o, al menos, son prácticas socialmente admitidas, cosa que no ocurre en nuestro entorno”.

La Fiscalía asegura que también aumentan los delitos de violencia en el seno de la familia protagonizados por menores, un fenómeno que “se vive como un drama” por parte de los afectados. “Es habitual que los padres soliciten tratamiento médico para sus hijos y por ello también es habitual que se les explique que no siempre resulta adecuado”, señala la memoria al tiempo que detalla que “cuando los progenitores denuncian lo hacen en un estado anímico de desbordamiento”.